El acceso al agua potable sigue siendo un problema para muchas familias mexicanas que viven en los cinturones de las grandes ciudades o en áreas rurales. Incluso en los hogares a los que el suministro municipal sí llega, la desconfianza por la calidad del agua explica que México sea uno de los países en los que se consume más agua embotellada y bebidas azucaradas del mundo. Afortunadamente existen alternativas sustentables a los galones de agua embotellada como el Ecofiltro, un producto fabricado en México a partir de materiales naturales, que filtra y purifica el agua no potable para asegurar su consumo.

Patentada por el científico Fernando Mazariegos con el apoyo del BID (Banco Interamericano de Desarrollo),  la unidad filtrante del Ecofiltro está hecha de tres materiales: barro virgen, carbón activado y plata coloidal. El barro se ocupa de la primera filtración del agua. Los microporos de la unidad de filtración atrapan los contaminantes que pueda llevar el agua. El carbón activado quita el sabor, el aroma y el color que pudiera tener el agua no potable. Por último, la plata coloidal y su efecto antibacteriano aporta la potabilidad, eliminando virus o bacterias.

El Ecofiltro es capaz de depurar dos litros de agua no potable en agua probada química y bacteriológicamente por cada hora de filtrado, ya sea de la llave o de cualquier otra fuente como pueda ser la captación pluvial, con un promedio de 20 litros generados al día. El uso es muy sencillo; solo hay que llenar de agua la parte superior del recipiente y espera el tiempo necesario.

Otra ventaja es el mantenimiento del filtro, que solo necesita limpiarse con un paño húmedo una vez al mes. La vida útil de la unidad filtrante es de dos años. Pasado este periodo, sólo habría que sustituir el filtro.

Aparte de ofrecer una solución para la depuración sustentable del agua y para el acceso a agua potable, alcalina y sin preservativos o químicos, el Ecofiltro propone a los consumidores mexicanos contribuir de manera efectiva y palpable en los proyectos sociales que la empresa respalda. De hecho, Ecofiltro, como entidad que patenta y comercializa esta solución, es una empresa social que dedica una parte de los beneficios de las ventas de los filtros de las áreas urbanas a financiar la distribución de los mismos en áreas rurales para que las familias menos favorecidas puedan tener agua potable a un precio asequible para ellos.

Además, por cada venta de un ecofiltro, la empresa se compromete a donar otro a una escuela pública primaria sin acceso al agua. El objetivo de esta empresa es donar 15.000 filtros en 15.000 aulas antes de 2018. El acceso a agua fresca y totalmente segura en los colegios está estrechamente relacionado con el rendimiento escolar de los niños. Las enfermedades gastrointestinales desencadenas por el consumo de agua insalubre son causa de la desnutrición infantil que sufren algunos niños mexicanos de comunidades con menos recursos. Un niño enfermo pierde más días de escuela y no rinde al cien por cien.

Iniciativas como Ecofiltro enfrentan el problema de acceso al agua potable en México desde una perspectiva integral, involucrando al consumidor, a la empresa y al beneficiario. Y así es como precisamente se logran los cambios y mejoras sociales y ambientales.

Fuente de imágenes: Ecofiltro

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