El campus Bonaterra de la Universidad Panamericana (UP), en Aguascalientes, será pronto la primera universidad “cero emisiones” de todo México. El modelo de sostenibilidad contempla principalmente la sustitución de los antiguos sistemas eléctricos, el reciclaje de residuos y el tratamiento de aguas. El proyecto surgió gracias a la firma de un convenio de colaboración entre la universidad mexicana y la Universidad de Ciencias Aplicadas de Trier (Hochschule Trier), en Mainz (Alemania), en el que se acordó transformar la universidad en un edificio 100% sustentable y libre de emisiones dañinas para el medio ambiente.

La Universidad Panamericana acordó en el convenio que llevaría a cabo la transformación de su Campus de Bonaterra inspirándose en el modelo de sostenibilidad utilizado por el Instituto para la Gestión Aplicada del Flujo de Materiales (Institut für Angewandtes Stoffstrommanagement, IFAS), en su campus de Birkenfeld. Gracias al cual, la universidad alemana obtuvo el reconocimiento a la “Primera Universidad Cero Emisiones de la Unión Europea en 2012”.
El modelo de sostenibilidad empleado por el IFAS contempla principalmente:

  • La sustitución de los antiguos sistemas eléctricos por otros que empleen energías limpias y más eficientes.
  • El reciclaje de los residuos generados en el edificio.
  • El desarrollo de un método de tratamiento de aguas propio, para hacer un uso responsable de la misma.

En cuanto a las energías renovables, una de las grandes ventajas que posee el campus Bonaterra es su privilegiada localización geográfica. El edificio está situado en una zona de Aguascalientes que recibe unos niveles de radiación solar muy altos durante todo el año. Para aprovechar este factor, se han incorporado paneles solares capaces de generar cantidades de energía fotovoltaica suficiente para alimentar todas las instalaciones y no depender así de la red eléctrica. A largo plazo, podría incluso dejar de ser una generadora de energía solar para autoconsumo y comenzar a distribuirla en la red nacional.  

El campus ha puesto en marcha también varios sistemas de reciclaje de papel, cartón y plástico, así como de reutilización de los desechos generados en el edificio, para aprovecharlos como abono orgánico en los jardines. La universidad se encuentra ya a un paso de su objetivo, a finales de 2015 un 40% de sus instalaciones siguen un modelo de desarrollo sustentable. Para consolidar el proyecto, falta incorporar una planta de tratamiento de aguas, encargada de aprovechar el agua tratada para uso sanitario y el riego de jardines.

En el convenio firmado, ambas instituciones se comprometen a colaborar en el desarrollo de planes tecnológicos conjuntos. Todos ellos abordan temas relacionados con las energías renovables, como energía solar, la biomasa, los aerogeneradores, los biocombustibles y el tratamiento de aguas, suelo y atmósfera.

La Universidad Panamericana experimentará una reforma total gracias a este convenio, en el que se contemplan tres aspectos principales: la transformación del campus universitario en un edificio totalmente sustentable y eficiente en términos energéticos, la elaboración de programas de posgrado conjuntos que otorguen doble titulación a sus alumnos, con programas académicos enfocados al desarrollo de energías renovables (sustentabilidad, eficiencia energética, aplicación de tecnologías energéticas en entornos urbanos y rurales, los aspectos financieros de los sistemas energéticos, la gestión de proyectos basados en energías renovables, etc.) Y por último, se pretende facilitar el intercambio de alumnos, profesores e investigadores entre ambas universidades para que, gracias al contacto y a la colaboración continua, prosigan las investigaciones y los avances en el campo de las energías renovables.

Convenios de esta índole son básicos en el mundo académico. El intercambio de conocimientos y transferencia de tecnologías ayudan a generar profesionales más preparados y si el intercambio refleja una forma responsable de entender el mundo mejor aún. La concienciación y el compromiso de la sociedad con un desarrollo sustentable y respetuoso con el entorno ha de partir del mundo académico, y en especial de nuestras universidades, motores de futuro. Sólo así se hará posible este cambio global que nuestra civilización necesita.

 

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