En “La Mancalona”, una pequeña población rural de la Península del Yucatán, ya no tienen problemas para abastecerse de agua potable. Hace tres años, los habitantes de este pequeño pueblo aprendieron a operar y mantener un sistema de purificación de agua que fue diseñado e instalado allí por un grupo de investigadores del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts, EE.UU.). Gracias a su habilidad, hoy son auto sostenibles.

Un grupo de investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts, en Estados Unidos, identificó una pequeña población rural en la Península del Yucatán, México, como lugar idóneo para poner en marcha un proyecto piloto en el año 2012. La carencia de agua potable y la gran cantidad de sol que recibe la remota aldea de “La Mancalona”, la convirtieron en ideal para instalar un sistema de purificación de agua que funciona con la luz solar.

El sistema de purificación de agua consta de dos paneles solares que generan la electricidad necesaria para alimentar un conjunto de bombas que impulsan el agua a través de unas membranas semi porosas en un proceso de filtración por ósmosis inversa. El sistema es capaz de purificar tanto el agua proveniente de pozos salobres como el agua recogida de la lluvia. Produce alrededor de 1.000 litros de agua limpia al día para los 450 residentes de “La Mancalona” que, en su mayoría, son agricultores.

La tecnología utilizada es conocida en otros proyectos, lo importante de este caso es la capacidad que han tenido los habitantes de “La Mancalona” para aprender a operar un sistema de alta tecnología sin conocimientos previos. Así han conseguido abastecerse de agua potable, ayudándoles a mejorar la salud y a generar nuevos recursos económicos que emplean en el mantenimiento y reparación del sistema, o en otros aspectos de su humilde comunidad.

En un informe redactado a finales de 2015 por los investigadores del MIT, se reconoce el éxito del proyecto piloto, destacando, sobre todo, la habilidad con la que se han desenvuelto los habitantes de esta población rural. En el informe detallan cómo los residentes de “La Mancalona” han logrado mantener en perfectas condiciones el sistema durante años, tras haber recibido las instrucciones de los investigadores del MIT en un idioma distinto y sin ningún conocimiento de tecnología.

Hoy en día, el agua en la población se ha convertido en una oportunidad de negocio. Se embotella y se vende a los residentes a 5 pesos mexicanos (aprox. 0,25 €) por cada 20 litros, un precio acordado por toda la comunidad y que resulta diez veces más barato que el agua embotellada de cualquier otro pueblo cercano. Con los ingresos que generan consiguen ser auto sostenibles, reinvierten en otras necesidades de la población y en desarrollar el negocio, en un futuro próximo se plantean vender el agua embotellada a los turistas que acuden a visitar las ruinas Mayas locales.

En esta comunidad rural los problemas por ingerir agua insalubre han desaparecido, consiguiendo mejorar la salud de toda la población. La Organización Mundial de la Salud estima que un 60% de las muertes infantiles en las zonas rurales de México se produce por consumir agua contaminada.
Replicar un modelo contrastado como el de “La Mancalona” en todas las comunidades rurales de México generaría grandes cambios ante una de las principales preocupaciones del hombre hoy en día: la ausencia de agua limpia para la vida. Un derecho fundamental que parece cada vez más complicado de asegurar.   

 

Fuente Información: UNAM, MIT, OMS

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