El tereftalato de polietileno (PET, por sus siglas en inglés), es un polímero plástico cuyo empleo se ha incrementado considerablemente en las últimas décadas, especialmente para elaborar botellas y otros tipos de envases. A pesar de su popularidad en la sociedad de consumo sus residuos generaron desde el principio un grave problema medioambiental, ya que debido a su composición molecular, el PET no es biodegradable y sólo puede ser reciclado. Un grupo de jóvenes investigadores mexicanos ha encontrado para este tipo desechos una solución ecológica y social: su empleo como material para la construcción. Esta idea no es nueva, pero sí lo es la forma de hacerlo en este caso, a través de un proyecto global que implica una urbanización entera concebida con este material. Las botellas, rellenas de tierra procedente de la excavación de la propia obra, serán colocadas una sobre otra, como si fueran las celdas de una colmena. El resultado es una nueva técnica constructiva denominada “Construpet”.
El proyecto nació gracias al trabajo de 4 estudiantes de distintas disciplinas del Instituto Tecnológico de Tepic (ITT), asesorado por la doctora en Ciencias Naturales y Biopsicosociales, María de Lourdes Vázquez Magaña. Juntos, han diseñado la futura urbanización, denominada “Eco-Sec Desarrollo Urbano Sustentable”, que será construida en la localidad rural de Francisco I. Madero Puga, en Tepic, Nayarit, México, y que contempla unas 280 viviendas para familias de distintas clases sociales. Todas las casas se levantarán siguiendo la técnica de edificación ya mencionada, ideada por uno de los miembros del equipo, Ishi Zohar Mercado Velázquez, estudiante de Ingeniería Civil.
Aparte del novedoso material para su construcción, las casas están diseñadas para ser más eficientes tanto en el reciclaje de sus propios residuos, como en el aprovechamiento de energías limpias y recursos naturales. Todo gracias al empleo de ecotecnias, que las dotarán por ejemplo de un ecológico sistema de reciclaje de aguas grises, llamado Nea, o de un eficaz método de recogida y aprovechamiento de las aguas pluviales.
Las viviendas dispondrán en su entorno de un amplio espacio que podrá ser utilizado para jardines y zonas de esparcimiento. La idea es hacer una urbanización agradable y perfectamente enclavada en su ámbito natural. El proyecto implica tres fases: una primera dedicada básicamente a la edificación de las viviendas y las otras dos, dedicadas a la construcción de servicios básicos e infraestructuras como escuela, centro médico, iglesia, planta de tratamiento de aguas fecales, etc. El equipo universitario está trabajando para que esta novedosa idea pueda exportarse a otros estados de la nación e incluso a otros países. El “Construpet” cuenta con dos ventajas esenciales: el abaratamiento de la edificación y por tanto el precio final de la vivienda, y la gran abundancia de su principal materia prima: los residuos generados por la industria del PET. La calidad de este proyecto ha sido reconocida con el 1er. lugar dentro de la categoría internacional, en la IX Feria Tecnológica del centro Paula Souza (FETEPS 2015), celebrada en Sao Paulo, Brásil. Para ello tuvo que competir antes con 3000 propuestas procedentes de todo el mundo.
En definitiva, proyectos como “Eco-Sec Desarrollo Urbano Sustentable”, señalan un nuevo y prometedor camino. La urbanización del futuro ha de ser más ecológica y eficiente; ha de saber aprovechar los recursos naturales y energías limpias, contaminar menos el medioambiente e integrarse mejor en el entorno que la rodea. El urbanismo verde del siglo XXI está dando sus primeros pasos, y en esta materia, México tiene mucho que aportar.