El 12 de junio de 2009 se inauguraba el High Line, un parque que nacía en 1999 gracias al interés de dos vecinos por recuperar unas antiguas vías de tren de mercancías. Esta línea ferroviaria se dedicaba a repartir productos alimenticios en esta parte de Manhattan; las mercancías llegaban directamente a las puertas de carga de los edificios, estando para ello estas vías suspendidas sobre las calles. Gracias a que estaban elevadas, el parque dispone ahora de unas privilegiadas vistas sobre la ciudad americana.
El High Line es una estructura longitudinal elevada que cuenta con más de dos kilómetros que se van ampliando poco a poco. Ocupa la parte oeste de Manhattan y gracias a este parque se ha conseguido revalorizar y modernizar muchas calles colindantes a la zona por donde pasa, regenerando los comercios, revalorizando el suelo y convirtiendo este barrio en una de las zonas de moda de la isla.
Se divide en tres partes que desde su inauguración se van abriendo al público, estando en nuestros días casi todo construido. Se puede acceder al High Line desde más de doce puntos diferentes de las calles durante su recorrido, esto se hace por escaleras y ascensores para uso de minusválidos o personas mayores.
Aunque hubo quien pensó que sería un desastre, la obra final de arquitectura se ha integrado perfectamente en la ciudad, dando un nuevo espacio de recreo a vecinos y turistas, convirtiéndose en una atracción más para los que visitan Nueva York. Situado en Manhattan, discurre desde la calle Gansevoort en el distrito de la 34 oeste, entre las avenidas 10 y 30 y está abierto desde las 7 hasta las 23 horas todos los días de la semana.
La hierba de la calle 23 se mantiene prohibiendo su uso después de la lluvia y durante los lunes y martes del verano, para que el verde se recupere. En invierno los propios vecinos se encargan de quitar nieve y hielo para seguir disfrutando del paseo.Durante todo el año y en determinados días, se celebran desde desfiles de moda a festivales, actividades para niños y ferias de artesanía. Dispone de zonas techadas que atraviesan algunos edificios, espacios aprovechados para montar heladerías y restaurantes itinerantes, para gusto de los transeúntes.