La Patagonia es una región volcánica que hace años registró una erupción volcánica, en la zona de Puyehue-Cordón Caulle. Como consecuencia de las toneladas de ceniza volcánica depositada en los campos, el desastre agropecuario fue bárbaro.
Sin embargo, lo que era un desastre, gracias a la ciencia, terminó convirtiéndose en un beneficio. Imaginá un ladrillo confeccionado con la ceniza volcánica, tan abundante en las zonas de la erupción volcánica.
El proyecto surgió de dos arquitectos que participaban, precisamente, en el programa de emergencia volcánica en la región afectada y, además, con fines sociales, puesto que se dirige a personas que no disfrutan de una vivienda digna. El resultado, de fácil hechura, no puede ser más ecológico ni tener mayor sintonía con el medio ambiente.
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Resistencia
Los ladrillos resultantes de estos residuos fueron testeados con el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). De esta manera, las garantías de resistencia frente a los ladrillos convencionales son absolutas.
De hecho, es posible fabricar con diferentes tipos de resistencia en función de la ubicación en la construcción. Así, serán más fuertes aquellos que conformen el techo, mientras que es posible confeccionar otros con un nivel de aislamiento mayor (algo muy a tener en cuenta en climas tan adversos como el patagónico).
Diseño cuidado
Por otro lado, el diseño de los bloques fabricados con ceniza volcánica incluye en el interior espacio para que pasen los caños de agua y los cables de la luz, lo que simplifica extraordinariamente la construcción.
El diseño de los bloques está pensado al milímetro y prueba de ello es el sistema de encastres que tienen, por lo que a la hora de levantar un muro no es precisa la utilización de cemento.
Ventajas
Las ventajas de utilización de este tipo de ladrillos creados a partir de un desastre natural como una erupción volcánica son muy numerosos. Entre ellos destacan:
- Los bajos costos de producción, a partir de residuos orgánicos.
- La sustentabilidad y el respeto por el medio ambiente porque, además, reduce el uso de cemento.
- La sencillez a la hora de construir, siendo posible tener una casa de unos 45 metros cuadrados en tan solo un día.
- Facilidad de manipulación de los bloques.
- Repelente de insectos (aún investigándose esta cualidad de las cenizas volcánicas).
El interés es tan creciente que este tipo de ladrillos será uno de los estudiados en el laboratorio de prueba de materiales que funcionará en el colegio Nehuen Peuman de Bariloche.