Esta casa con paredes recubiertas de paja llega al mundo de las casas ecológicas. Pero no sólo eso: la paja fermenta, pasa por su propio proceso de compostaje, y así, genera calor. Suena extraño, pero es una realidad. Y además, una realidad sostenible y bioclimática, obra de un grupo de estudiantes japoneses de Diseño de la Universidad de Waseda que la han bautizado como 'Una receta para vivir' (A recipe to live).

Desde siempre, la arquitectura tradicional de zonas rurales ha aprovechado los recursos a su alcance para construir casas bioclimáticas, que fueran frescas en verano y guardaran el calor en invierno, pero este modelo, ubicado en la localidad de Taiki-cho, famosa por sus granjas de lácteos (y por tanto con suficientes pastos y paja), parece ir más allá: hace de la paja su principal material para regular la temperatura de la vivienda. La cultura de temporada de Taiki se centra en los pastos, que son una importante materia prima, y éste es uno de los elementos que los jóvenes diseñadores Keisuke Tsukada y Erika Mikami tuvieron en cuenta al elaborar su modelo que trata de respetar el ciclo natural y el calendario de cosechas de la zona.

Las paredes de esta casa bioclimática alojan estantes de dos clases: los primeros están sujetos en el exterior para el secado del forraje, y los segundos son soportes interiores de acrílico para la fermentación de la hierba seca en el invierno.

Cuando se produce la primera cosecha del año, la hierba se corta y se pone a secar en los estantes exteriores. Es verano, y este secado actúa como un “panel protector del calor”, puesto que libera humedad.

Llega la segunda cosecha de hierba del año, la luz del sol baja su intensidad y el invierno se abre paso. Entonces, la hierba seca de la primera cosecha se coloca en los acrílicos interiores, y la nueva hierba, más flexible, de la segunda cosecha, toma su lugar en las paredes exteriores para hacer de amortiguador contra el frío.

La paja de los contenedores interiores se fermenta añadiendo un producto tradicional que genera pocos olores, bokashi. Así, libera un calor que puede llegar a los 30 grados, durante cuatro semanas: un método ecológico y económico para calentar la casa bioclimática. De este modo, el ciclo se completa cumpliendo también con un concepto tradicional agrícola de ayuda mutua, puesto que es necesario cooperar con las granjas para la obtención de la paja.

Es necesario reponer la paja dos veces al año, pero a cambio este material proporciona un sistema de calentamiento y enfriamiento natural con un coste de energía cero, que trae las soluciones de la construcción del pasado a las casas ecológicas de hoy en día.

Fuentes: Treehugger.com | Japlusu.com

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