Las limitaciones de circulación en ciudad, el intenso tráfico o la dificultad para aparcar en el centro, muchas veces hacen de nuestro día a día un autentico reto que puede llegar a desesperarnos si lo que utilizamos es un coche. Con el tiempo se han ido buscando alternativas al modo de transporte tradicional y hemos podido asistir a un auge en el uso de las bicicletas, y en concreto las eléctricas. Esta opción mas sostenible es la primera para mucha gente, sobretodo en el norte de Europa, donde su uso está mas generalizado. Las ventajas son enormes, y tanto nuestro cuerpo como nuestro entorno lo agradecerán. Pero ¿que beneficios proporciona?

Ahorrar tiempo

Uno de los mayores beneficios a la hora de comprar una bicicleta eléctrica es el ahorro en el tiempo que circulamos por ciudad, ya que se trata de un modo de transporte que nos permite movernos por donde queramos, desde zonas peatonales hasta vías principales. Su uso no está restringido a una cierta edad y permite poder «aparcar» allí donde queramos, sea cual sea el lugar de destino. La fluidez mejora, la necesidad de aparcamiento se vuelve mínima y los motores eléctricos permiten que lleguemos antes que con una bicicleta tradicional. Los beneficios en este sentido no faltan.

Ahorrar dinero

Los gastos asociados a la utilización de medios de transporte tradicionales son bien conocidos por todos, el precio de la gasolina, el gasto asociado al aparcamiento regulado o los costes en términos de mantenimiento del vehículo son algunos de ellos. En este sentido la bicicleta eléctrica mejora nuestras expectativas. No solo es un modo de transporte que resulta barato en comparación con un coche debido principalmente al precio de la gasolina, también permite ahorrar en aquellos costes que pueden derivar del cuidado del vehículo como es, la visita a un taller, la inspección de la ITV o el cambio de una simple rueda.

Mejorar nuestra salud

Los beneficios en cuanto a tiempo y dinero que nos ofrece la bicicleta eléctrica son muchos, pero es la salud la que de verdad se ve beneficiada por la utilización de este método de transporte. No solo se trata de una forma de ejercicio anaeróbico que mejora nuestra forma física a corto y largo plazo, es una forma de llevar un día a día activo que nos aleja del sedentarismo, un problema cada vez más común fruto de la rutina diaria. Mejora la circulación de nuestra sangre a parte de ser un «desestresante» natural y nos ayuda a evitar posibles enfermedades cardiovasculares. Nuestro cuerpo nos lo agradecerá.

Comodidad

Esta ventaja radica en el hecho de que las bicicletas son vehículos de fácil uso. Como se ha señalado anteriormente no requieren una plaza de parking y no dependen de elementos como la gasolina. Por otro lado, los motores eléctricos de los que disponen la mayoría de los nuevos modelos permiten un autonomía mayor en cuanto a potencia eléctrica se refiere, lo que evita que tengamos que pedalear en las temidas cuestas o lleguemos sudando al trabajo.

Las bicicletas en general y las eléctricas en particular nos ofrecen multitud de ventajas a todos los niveles. Se trata de una forma de ahorrar tiempo y dinero sin parangón entre vehículos de transporte, además de ser un potente aliado para la salud. Una combinación que puede hacer replantearnos como vamos del trabajo a casa afrontando el día a día de una manera mas eficiente y sostenible que nos ayude a nosotros y al medioambiente.

Fuentes: Elaboración propia / sostenibilidad.com

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