Fui a su casa para intentar concertar una cita y esa misma mañana acabé filmando espontáneamente en la estación de carga que está justo detrás de donde vive Remo. Allí tenía aparcados sus coches y aprovechamos la ocasión para que nos explicara algunas diferencias entre los coches eléctricos con batería de litio y de níquel-cadmio, y nos hablara de las bondades y dificultades de los coches eléctricos en Alemania.
Comencemos con la batería. Es importante de qué material está hecha, porque el riesgo para el medioambiente es distinto. Las de litio son las menos peligrosas, aunque deben ser recicladas apropiadamente. Las de níquel-cadmio, si no se cuidan adecuadamente, pueden romperse y emitir al ambiente cadmio, que es muy tóxico. Por tanto deben manipularse adecuadamente. Los coches que llevan baterías de níquel-cadmio precisan también de tanques de agua para el funcionamiento de la batería, lo que supone un peso extra para el auto de más de 250 kg si se lo compara con la batería de litio. La autonomía de la batería de litio que hemos visto es de 110 km.
Para cargarla podemos hacerlo de dos modos. Rápidamente, conectándonos a una línea de alto voltaje (400 V) con la que podemos cargar el coche en unos 25 minutos o de forma convencional en algún punto de recarga de tu ciudad, lo que te llevará unas 6 horas. Lo mejor es que lo dejes toda la noche. No hay problema, en Alemania no te costará más de 2 euros cargar la batería.
Si el principal uso que le das a tu coche es ir del trabajo a casa, el coche eléctrico es una gran opción. Cero emisión de CO2 y lo que más me impactó – porque no lo había pensado – es que son coches extremadamente silenciosos. No se escucha el motor, a lo sumo las ruedas al rodar en la calzada.
En la actualidad hay coches de todo tipo, individuales y futuristas como el SAM EV II con el que se abre el reportaje, furgonetas con un buen espacio de carga, coches para uso diario y deportivos. Aun así, en Alemania no hay más de unos 5.000 coches eléctricos y en Colonia – ciudad de 1 millón de habitantes – no más de 35 unidades. ¿Por qué? Una de las mayores dificultades es que los puntos de recarga siguen siendo escasos, demasiado escasos. La solución a este problema podría ser recargar el coche enchufándolo a las farolas. Estudios realizados en Berlín muestran que no sería ni muy difícil ni muy caro modificar algunas de las farolas que existen ya en las calles para suministrar energía.
Con toda la coherencia del mundo AWB, la empresa de recogida de basuras y limpieza de Köln, está comenzando a introducir furgonetas eléctricas en su flota de vehículos. Por el momento sólo tienen una. No es mucho, pero es un comienzo.
Cuidar del planeta requiere el esfuerzo de todos. ¿Qué te parece? ¿Estás listo para probar un coche eléctrico?