En realidad se trata de dos cosas distintas y muy parecidas a la vez. El couchsourfing consiste en hacer un huequito en el sofá a todo el que quiera visitar la ciudad, igual que lo harías con un amigo. Por supuesto hay gente que tiene más espacio y te presta algo mejor que un sofá, pero lo que cuenta es la intención.

Por su parte, el intercambio de casas consiste en cambiar tu casa temporalmente durante las vacaciones con otra familia que quiera conocer tu ciudad. Por ejemplo, una familia que viva en Australia puede pasar el verano en tu casa y tú en la de ellos.

¿Por qué el couchsourfing y el intercambio de casas es bueno para el medio ambiente?

Cuando hemos descubierto esta original manera de viajar, inmediatamente hemos asociado a ella el medio ambiente. Quizás no te lo hayas planteado, pero intercambiar tu casa o hacerle un hueco a alguien que viene del extranjero ayuda mucho al medio ambiente porque no supone un gasto “nuevo” para la naturaleza.

Si dos familias reservan habitación en un hotel, están generando un gasto nuevo para el medio ambiente mientras siguen consumiendo energía en sus hogares habituales: neveras, riego automático, alarmas, calefacción central… Sin embargo, si intercambian sus casas, es cierto que no reducen su consumo pero al menos lo mantienen. Es decir, no generan un nuevo gasto para el medio ambiente.

Si quieres ayudar a reducir la contaminación y el consumo de energía también durante tus vacaciones, te invitamos a navegar por Internet en busca de una familia que practique el intercambio de casas o couchsourfing. Además de ser lo más ecológico para viajar, se trata de una manera mucho más auténtica de conocer una ciudad.

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