Por el país escandinavo, con una población de cinco millones, circulan más de 50.000 automóviles de este tipo. Así, desde comienzos de año de entre todos los automóviles vendidos, el 20% -lo cual supone un incremento del 72% con respecto al año anterior- no funciona con gasolina. 

El motivo fundamental por el que los noruegos se deciden por los coches eléctricos, según un informe de la Asociación Noruega de Vehículos Eléctricos, es económico. De ahí que, de acuerdo a esta asociación,  sea indispensable que estos vehículos sean competitivos frente a los tradicionales. En Noruega esto se ha logrado mediante la combinación de una imposición fiscal muy elevada para los coches con emisiones altas y cero impuestos para los vehículos sin emisiones.

Esta política no se ha adoptado drásticamente, sino mediante diferentes medidas adoptadas con el tiempo.  Así, a los coches eléctricos no se les aplica impuestos de importación desde 1990. Seis años después está medida se hizo permanente y se redujo además la tasa de matriculación; un año después se les aplicó la exención del pago de peajes. Desde 1999 tampoco pagan el parking en espacios públicos. En 2001 el IVA pasó del 25% a ser cero. En 2003 se les permitió al acceso al carril bus de la capital, Oslo. En 2009 se les dio acceso también gratuito a los ferries que conectan carreteras.

Y a estas medidas fiscales y económicas, en vigor hasta 2017 y  que han contado con el consenso político de todos los partidos pero que recientemente se han revisado -así, el Gobierno decidió, a principios de mayo, que a partir de ahora son los municipios quienes pueden rescindir algunos beneficios, como el uso del carril bus así como las exenciones de pago de párkings y ferries-, se suma la construcción necesaria de infraestructura, es decir de instalaciones de recarga. En la actualidad existen más de 4.500 puestos de recarga públicos en Noruega, así como 125 estaciones rápidas de recarga, un tercera parte como consecuencia de la iniciativa de Tesla, la visionaria compañía estadounidense de coches eléctricos, cuyo mayor mercado, después del California, es Noruega. 

Futuro

En 2012 se acordó en Noruega un hito importante en el camino hacia un sector del transporte de emisiones de carbono neutrales: Que en 2020 la emisiones de C02 de los turismos nuevos en el país tuviera una media de 85 gramos por kilómetros, es decir 10 grados por debajo del nivel previsto por la Unión Europea. En 2012, la emisiones fueron de 130 grados.

Para poder lograr este ambicioso objetivo, no hay duda de que se necesitará una gran cantidad de electricidad en el sector del transporte, que en el caso de Noruega es totalmente renovable ya que el país la genera mediante plantas hidroeléctricas . Las autoridades de este país son conscientes de que sin vehículos de emisión cero e híbridos, la meta de los 85 gramos es inalcanzable. De ahí la importancia de este tipo de vehículos y su apuesta por ellos.

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