En 1974, dos carreteras de Bogotá se cerraron para hacer una prueba: ¿cómo funcionaría una ciclovía los domingos? ¿Habría ciudadanos para emplearla? El resultado salta a la vista: 40 años después (la ciclovía celebró por todo lo alto este aniversario el año pasado) este circuito que une las principales vías de la ciudad suma 113 kilómetros. Es la ciclovía más extensa del continente. ¿Cuál es el secreto de su éxito? ¿Y qué beneficios podemos obtener de usarla?
El secreto de su éxito
La Ciclovía de Bogotá reúne a alrededor de un millón de capitalinos cada domingo (no en vano llaman «la Amsterdam latinoamericana» a la ciudad) y en 2009 fue declarada de interés social, recreativo y deportivo para la ciudad. Puede que el secreto del éxito de esta iniciativa sea que cada fin de semana los ciclistas regulares (y los que no lo son) cuentan con 113 km que les permiten moverse por la ciudad de manera rápida y segura. Eso ya es bastante. Otro punto a su favor es su extensión: la Ciclovía atraviesa 17 de las 20 localidades de Bogotá. Prácticamente quien quiera puede sumarse a ella.
Pero es que además el apoyo de las instituciones (a través del Instituto Distrital de Recreación y Deporte – IDRD –) es constante, a través de actividades y eventos recreativos. Entre los más populares están la Ciclovía Nocturna (la jornada nocturna del Festival de Verano de Bogotá registró la presencia de 2.900.000 usuarios) o el Día de la Bicicleta, o los ciclopaseos. Casi todas las actividades son gratuitas, lo que las hace más interesantes para el público. La ciclovía es un espacio que va más allá de hacer deporte: es una manera de disfrutar al aire libre y, sobre todo, en familia. Y transmite valores de un ocio saludable, algo nada desdeñable hoy por hoy.
Además de la ciclovía del fin de semana, Bogotá ha demostrado su firme compromiso con las dos ruedas a través de la construcción de sus ciclorrutas en los años noventa, 30 en total (todas interconectadas y algunas con más de 20 kilómetros), con más de 300 kilómetros de norte a sur y de este a oeste para pedalear tranquilos. Estas vías especiales para pedalear están a los lados de algunas avenidas principales, y a través de parques, para contribuir a mejorar la calidad del aire en la capital. La cicloruta es, de hecho, una alternativa seria de transporte, una manera de ir cómodos, seguros y rápidos, por lo que miles de usuarios optan por ella cada día.
¿Qué beneficios obtengo de pedalear?
El principal beneficio del pedaleo es estar en forma. Y lo mejor es que se consigue de una manera sencilla y económica: sólo necesitamos una bicicleta, un medio de transporte que sabemos que puede durar muchos años y que no contamina: es bueno para nosotros y bueno para el medio ambiente.
Además, es cierto que si tenemos a mano una vía urbana que nos invite a pedalear será más fácil que nos subamos a nuestra bici. De hecho, se han publicado estudios que demuestran que quienes viven cerca de una ciclovía se ejercitan 45 minutos más que el resto de la población, lo que se traduce en una mejora de su salud. Los beneficios de la ciclovía, según un estudio de la Universidad de Cambridge, se extienden por igual entre hombres y mujeres y entre adultos de diferentes edades y grupos sociales. Aunque quienes no poseen carro tienen más probabilidades de aumentar sus niveles de actividad que los que sí cuentan con uno.
El efecto sobre la salud de ejercitarse y de la bicicleta puede ser muy positivo para prevenir problemas como la diabetes, cardiopatías y otras enfermedades crónicas. A nivel colectivo, esto se traduce en datos como los ofrecidos por un estudio de La Universidad de Los Andes: por cada dólar invertido en la Ciclovía, se ahorran 3 dólares si se tienen en cuenta los beneficios para salud obtenidos. Esto se traduciría en un ahorro anual de 13 millones de dólares.
Fuentes: Instituto Distrital de Recreación y Deporte | Twenergy | Flickr