Consejos para ahorrar luz

Una de las preguntas más frecuentes que nos hacemos es, ¿qué tipo de bombilla es la más adecuada para mi casa? Existen una gran variedad y, dependiendo de dónde se coloquen, es mejor emplear una u otra:

Lámparas incandescentes

  • Son las típicas bombillas que tenemos en casa de toda la vida y su tecnología es la más antigua.
  • La luz se produce a base de calentar un pequeño filamento. El aprovechamiento de la energía consumida es muy bajo. Sólo el 5% se dedica a luz, el resto se pierde en forma de calor.
  • Son las que tienen menor duración, pero su precio también es el menor.
  • El encendido es instantáneo y dan toda su luz desde el primer momento. La tonalidad de la luz es ligeramente amarillenta (cálida).

Lámparas halógenas

  • Las que podemos ver más habitualmente son las dicroicas, también conocidas como ojos de buey, y focos de mucha potencia.
  • El rendimiento (luz y consumo eléctrico) es ligeramente mejor que en las incandescentes y ocupan menos espacio para la misma potencia. Muchas veces requieren un transformador por que van a 12V.
  • Tienen una duración y un precio un poco superior a las incandescentes.
  • El encendido es instantáneo y dan toda su luz desde el primer momento. La tonalidad de la luz es ligeramente amarillenta (cálida).
  • Ya se comercializan nuevas lámparas de este tipo, con un consumo mucho menor (hasta un 40% menos) para la misma cantidad de luz.

Tubos fluorescentes

  • No se trata de una tecnología nueva, pero sí muy eficiente. Se basa en la combinación de gases y sales (que recubren el tubo) que emiten luz con el paso de la energía eléctrica.
  • Generalmente consumen un 80% menos para dar la misma luz que una incandescente. El calor que generan también es mucho menor.
  • La duración, dependiendo del equipo en el que esté montado y del tipo de tubo, suele ser entre 6 y 20 veces mayor a las lámparas incandescente.
  • Es una luz difusa que va bien para la iluminación general. Los antiguos tubos solían tener una mala reproducción cromática (los colores no se veían igual de bien que con las luz del sol), pero actualmente existen tecnologías que han mejorado mucho este punto como los tubos de trifósforo o pentafósforo.
  • Tardan un tiempo en dar toda la potencia de luz y el número de encendidos les afecta negativamente, por lo que es un buen sistema para lugares donde la luz está encendida muchas horas.
  • Existen diferentes tonalidades de luz, cálidas y frías. Es importante escoger correctamente en función del lugar donde se va a poner y la actividad que se desarrolla.

Bombillas de ahorro

  • Es la misma tecnología que la de los tubos fluorescentes pero en miniatura y con casquillo de bombillas para que se puedan sustituir por éstas sin problemas. Por lo tanto, tienen las mismas ventajas y desventajas que los fluorescentes.
  • Inicialmente, su duración era 8 veces mayor que las incandescentes, pero actualmente se están fabricando algunas de bajo coste donde esta duración sólo es 3 veces mayor. Por este motivo, es importante fijarse antes de comprarlas.
  • No son recomendables para lugares donde la luz se encienda muchas veces a lo largo del día o están poco tiempo encendidas. En este caso hay que buscar modelos especiales (con precaldeo) o utilizar halógenas de bajo consumo.

¿Cuál pongo en mi casa?

  • En los lugares donde la luz esté mucho tiempo encendida como en el salón o la cocina, las más adecuadas son las de ahorro (tecnología fluorescente).
  • En los lugares donde la luz esté poco tiempo encendida, como pasillos o baños, las más adecuadas serán las halógenas de bajo consumo (no todas son de bajo consumo).

¿Y en mi oficina?

Los tubos fluorescentes son los más adecuados, escogiendo los más modernos que tienes un consumo menor. Es preferible que tengan un balasto electrónico y así su consumo es menor y la duración del tubo se alarga considerablemente.

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