Envases de vidrioEn algunos países, como en Alemania, no hace falta remontarse años atrás. Desde hace siete años, devolver las botellas de vidrio usadas a una máquina instalada en la calle o en un supermercado es de lo más común. Por cada envase devuelto, recuperan 0,25 euros. El éxito ha sido tal que hoy la tasa de recuperación de este tipo de residuos en el país germano ha alcanzado el 98,5%.

El sistema es muy sencillo. Al introducir la lata o la botella en la máquina del establecimiento, ésta reconoce el tipo de envase que se está desechando, que puede ser de dos tipos: de varios usos o de un solo uso. Si es del primer tipo, el envase será lavado y reutilizado ya que se trata de residuos que deben reciclarse. En este caso, la máquina devuelve al consumidor 25 céntimos de euros. Eso sí, que nadie se lo tome como un regalo o un incentivo. Se trata de una especie de fianza que el consumidor paga en el precio del producto. Es decir, que el que cumpla con su obligación de reciclar, se queda como está, pero el que contamina paga. Por otro lado, los defensores de este sistema no dudan en señalar su impacto en la limpieza de las calles, ya que apenas hay latas o botellas tiradas por las calles.

Este sistema no supone un esfuerzo especial para los consumidores. Muchos ya se daban un paseo hasta el contendor de vidrio o papel más próximo. Pero para los comerciantes los beneficios no son tan claros. En todos los países en los que se utiliza este sistema de reciclaje -Noruega, Finlandia, Suecia, etc.-, los empresarios afectados fueron bastante reacios al principio. La mayor parte de ellos se han visto obligados a realizar importantes inversiones para recoger los envases, ya que se trata de máquinas muy costosas. Sin embargo, parece que la percepción está cambiando a pasos agigantados.

En primer lugar, hay un 1,5% de depósitos que nadie reclama y que pasan a engordar los beneficios de las tiendas y supermercados. Por otro lado, los envases también dan dinero. En Alemania, los residuos devueltos en cada establecimiento pasan a ser propiedad de éste, siendo una materia prima que tiene un precio variable en el mercado. Por su parte, en los países escandinavos, el material no pasa a ser propiedad de los comerciantes, pero sí de un gestor central que paga a los comerciantes un porcentaje de todos los envases que se recojan en sus establecimientos.

España también quiere reciclar

En España, varias organizaciones luchan para que se implante un modelo parecido en nuestro país, aprovechando que hay que cambiar la Ley para transponer una nueva directiva europea de residuos. Una de ellas ha lanzado el proyecto Retorna y pasa por mezclar ambos modelos. En estos momentos, salvo los de vidrio, la mayor parte de los envases que desechamos van a parar al contenedor amarillo. Más tarde, una empresa gestora de residuos financiada por los fabricantes de los envases se hace cargo de estos resiudos. Sin embargo, se calcula que tan sólo un 30% de los envases acaban en el contenedor amarillo, mientras que el otro 70% reposa en vertederos o es incinerado.

Los defensores del modelo de recogida de envases piden que se aplique un depósito de 25 céntimos de euro a envases de un solo uso y que el resto siga tirándose a un contenedor amarillo, algo que requerirá un pequeño esfuerzo de aprendizaje y de modificación de nuestras costumbres, pero que nos devolverá estupendos resultados. Sólo hay que fijarse en los símbolos y reciclar.

Fuentes: Elaboración propia / Eco Lab / El Mundo / ecologiaverde.com / iarca.net / flickr

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