La temperatura de la oficina bajo controlEn España, el ministro de Industria, Miguel Sebastián, lleva varios estíos consecutivos recomendando los 24 grados en Ministerios y centros de trabajo. De hecho, se calculó que por cada grado centígrado que aumentaba la temperatura en la sede de su ministerio se ahorraban unos 6.000 euros al mes. Cada grado extra de refrigeración significa un incremento de consumo de energía del 7%. El Código Técnico de la Edificación incluye numerosas indicaciones para la temperatura de las oficinas, pero al final la decisión tiene mucho que ver con el clásico «¿a qué temperatura pongo el termostato?».

Es difícil decir cuál es la temperatura ideal para una oficina, porque, como dice la Guía Práctica de la Energía del IDAE, la sensación de confort es subjetiva (es decir, hay personas más frioleras que otras). Tampoco la temperatura «perfecta» es la misma en invierno que en verano, ni vamos vestidos igual al trabajo.

Según el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios, por razones de ahorro energético las temperaturas en los edificios refrigerados no deberán bajar de los 26 grados y no superar los 21 en los calefactados. Una temperatura excesiva reduce el rendimiento del trabajador y aumenta la posibilidad de errores y de accidentes laborales.

Fuentes: Elaboración propia / elmundo.es / soitu.es / idae.es / noticias.juridicas.com / flickr.com

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