Como casi siempre en estos temas luctuosos en los que procuramos no pensar demasiado, ha sido una empresa aseguradora la que se ha encargado de ponerle el cascabel al gato: seamos, cuando nos llegue la hora, muertos ecológicos.
La póliza aseguradora para pasar al «otro lado» sin el pecado verde incluye desde recordatorios de papel reciclado a ataúdes de madera reciclada o urnas biodegradables y, por supuesto, la contratación de tanatorios con la apropiada certificación medioambiental. Estos tanatorios, además de cumplir con las normas de certificación habituales en otros sectores, incluyen servicios tan exclusivos como hornos crematorios equipados con sistemas de filtración de dioxinas.
En lo tocante a la incineración, José Luis García, investigador del CSIC, ha advertido de que la emisión de dióxido de carbono que genera un cuerpo humano incinerado puede llegar a los 27 kilos. Si bien esta cifra no es preocupante para los niveles medioambientales (recordemos que los 300.000 coches que circulan de media cada día en Madrid arrojan 2.400 toneladas de CO2) lo cierto es la incineración no es la respuesta más ecológica. Especialmente si las cenizas, en vez de ser depositadas en sus correspondientes nichos, son arrojadas en el medio natural. En este sentido se establece un macabro ranking de impacto en el lanzamiento de cenizas siendo lagos y emplazamientos terrestres los más castigados y el mar, con más capacidad de compensación, el menos afectado.
El cielo tendrá que esperar para dar cobijo a los más concienciados en materia medioambiental, ya que los ecofunerales serán realidad a partir del próximo año. Barcelona será la primera localidad donde se podrá acceder a este innovador servicio pionero en España que sin más remedio será el último acto solidario que podamos tener con la naturaleza.
Fuentes: Twenergy / Europa Press: «Primera póliza de decesos ecológicos» / Europa Press: «Incineración del cuerpo humano emite 27 kg de CO2» / Flickr