Ahora que nos enfrentamos a los meses más fríos del año, aquí tienes una relación de los errores más comunes que se cometen en los hogares. Si consigues evitarlos, conseguirás un buen ahorro en la factura.

1. Intentar mantener una temperatura constante

¿Realmente necesitamos que la casa esté igual de caliente por la noche o durante la jornada laboral? Es cierto que llegar a casa y que haya una temperatura agradable no tiene precio, pero dejar la calefacción puesta durante todo el día supone un derroche energético enorme. Por eso el uso de un termostato programable es mucho más útil y económico.

2. Subir en exceso la temperatura para calentar antes la casa

Más de lo mismo. Hace mucho frío y lo primero que se te ocurre es poner el termostato a una temperatura muy por encima de lo recomendado para que la casa entre en calor lo antes posible. La solución es básicamente la misma: un termostato programable. Además, al contrario de lo que pueda parecer, la vivienda no entrará en calor antes por pedir una temperatura más alta, sino que tardará el mismo tiempo en alcanzar los grados óptimos. Elevando la temperatura del termostato lo único que conseguiremos es que la casa se recaliente, porque el sistema de calefacción continuará calentando la casa.

3. Usar la chimenea

Tener una chimenea en la casa del campo puede parecer muy romántico pero… energéticamente hablando, es bastante poco rentable. Aunque la fogata y las llamas le den un ambiente muy acogedor a una casa, el tiro de las chimeneas abiertas puede hacer entrar mucho más frío que lo que calienta el fuego en sí.

4. Radiadores en las habitaciones: ¿gas o electricidad?

Puede parecer lógico pensar que, si sólo se utilizan un par de habitaciones de la vivienda, usar en ellas radiadores eléctricos es la mejor opción. Hay varios argumentos que nos indican lo contrario, como que una buena instalación centralizada de gas resulta mucho más eficiente energéticamente que los radiadores individuales. Si bien la instalación de radiadores de gas puede ser muy beneficiosa en términos de ahorro y eficiencia, también es cierto que los emisores térmicos de última generación están preparados para reducir el consumo y ofrecer el mismo confort que los de gas.

La cuestión es elegir qué modelo se adapta a tus necesidades. Con la llegada del frío, las empresas suelen lanzar ofertas de soluciones de calefacción eficientes que ahorran energía. Por ejemplo, la empresa Endesa tiene oferta de calderas y otros equipamientos de las que  te puedes informar en esta página web.

5. Para conservar el calor, cambiemos las ventanas

Es cierto que las ventanas pueden ser un punto de fuga de calor de una vivienda, pero no son las únicas culpables de que nuestra casa esté fría. Objetivamente, la mayor parte del calor se pierde por paredes y techos mal aislados. Instalar unas ventanas que aíslen bien es un paso, pero no el único. Hay muchos otros aspectos que influyen en el aislamiento de las viviendas.

6. La culpa es de la caldera

Es muy fácil pensar que una caldera vieja gasta más energía que una nueva. Pero, realmente, la caldera no es el único problema de la ineficiencia energética. De poco (o de nada) sirve reemplazarla si no se ponen en marcha otras medidas de ahorro de energía, como el aislamiento de la vivienda y un buen sistema de puertas y ventanas. Si no se tiene esto en cuenta, la factura seguirá subiendo. Hay que asegurarse de que el aparato pase todas las revisiones obligatorias y mejor si se trata de una caldera de condensación.

Pero si nuestra caldera tiene una «edad respetable» y nos da más disgustos que alegrías, puede ser el momento de pensar en sustituirla por otra más eficiente. Algunos gobiernos regionales ofrecen Planes Renove con ayudas que alcanzan hasta los 255 euros, pero también algunas empresas han querido poner su granito de arena y predicar con el ejemplo ofreciendo sus propios Planes Renove con subvenciones económicas acumulables a las ofrecidas por las Comunidades Autónomas. Infórmate en la web de tu Comunidad Autónoma de las condiciones y plazos de estos planes y súmale las ayudas que ofrecen desde el sector privado.

7. Usar bombillas incandescentes para dar calor

Es cierto que este tipo de bombillas, además de dar luz, dan calor, por lo que podríamos caer en la idea de que finalmente ayudaran a aumentar la temperatura de la casa. Sin embargo, las nuevas generaciones de aparatos de iluminación (como el LED), gastan mucho menos y duran más. No hay que perder de vista que el objetivo de las bombillas es alumbrar pero no calentar. Para eso está la calefacción y los radiadores.

Cómo ahorrar en calefacción mediante la gestión de nuestros consumos

Los bloques de viviendas que se encuentran en esta situación pueden instalar una serie de medidas para reducir el malgasto de energía:

  • Contadores individuales: cada vecino dispondrá de su propio contador individual de manera que solamente pagará por aquel consumo que realice. Ya no existirá una cuota fija sino que pagará lo que consuma.
  • Sistema de control: cada propietario colocará en los diferentes radiadores de su vivienda unos dispositivos denominados cabezales termostáticos electrónicos para que cada persona pueda gestionar su propio consumo de manera individualizada.

Estas dos medidas permitirán que cada hogar pueda gestionar sus propios consumos y pagar por la energía consumida consiguiendo importantes ahorros energéticos y económicos.

¿En qué consiste el sistema de control de calefacción?

De las dos medidas nombradas anteriormente, la que mayor ventaja puede ofrecer, tanto si se dispone de un sistema central como individual, es el sistema de control formado por cabezales termostáticos electrónicos.

Estos cabezales son unos dispositivos que se colocan en la válvula de los radiadores y permiten regular el flujo de agua caliente que entra en cada uno consiguiendo calentar cada estancia a la temperatura elegida.

Los cabezales electrónicos pueden ser controlados manualmente o electrónicamente desde distintos dispositivos como el móvil, tablet u ordenador. El software de control es gratuito y fácilmente descargable.

Este sistema de control de la calefacción permite ahorros que pueden superar el 35% del gasto en calefacción.

La instalación del sistema de control de calefacción

La instalación del cabezal electrónico no precisa ningún tipo de obra. Puede colocarse en cualquier tipo de radiador siempre y cuando cuente con válvulas termostatizables.

La obligación de que los radiadores estén equipados con este tipo de válvulas se estableció en el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE) de 1998, por lo que los edificios que hayan sufrido una reforma o sean posteriores a ese año deberían tenerlas instaladas.

El dispositivo funciona a pilas, lo que supone una ventaja puesto que la calefacción no se verá afectada en caso de que exista algún corte en la electricidad.

Este sistema de control de la calefacción permite mejorar el confort de las habitaciones. Es decir, se evitan zonas con temperatura excesiva y otras donde sería necesario mayor intensidad de calefacción.

Estos sistemas de control y gestión de la calefacción conseguirán importantes ahorros energéticos en toda la vivienda al mismo tiempo que logran mantener una temperatura acorde a las necesidades del uso de la zona.

Ahorrar gracias a la zonificación

Gracias a la domótica, la zonificación de la calefacción nos permite crear diferentes zonas por estancias o agrupaciones de estancias con el fin de proporcionar en cada momento y lugar la temperatura deseada. Para conseguirlo, se instala un termostato por estancia o grupo de estancias según el uso, por ejemplo, en las habitaciones, la cocina, el salón y el cuarto de baño.

Este sistema inteligente nos permite calentar automáticamente sólo aquellas zonas que vayamos a utilizar, durante el tiempo programado y con la temperatura deseada. De esta forma, podemos ahorrar entre un 30% y un 40% respecto a una situación anterior.

Con el sistema de zonificación podemos controlar cada radiador de forma individual. Instalando unos cabezales electrónicos, podemos fijar para cada radiador distintos grados de temperatura a lo largo del día y ajustar así el gasto en calefacción a nuestro ritmo de vida.

Cada radiador se configura a través de un cronotermostato, que combina la función de un termostato ambiente junto con la de un programador horario. Con aplicaciones informáticas para Android y Apple podemos también controlar el sistema desde nuestro smartphone,  ordenador o tablet.

Dependiendo del sistema, existen opciones ECO que con solo pulsar un botón hacen que todos los dispositivos entren en función “temperatura reducida”. Otros mecanismos son capaces de detertar automáticamente la apertura y cierre de puertas y ventanas, y disminuir la temperatura durante los periodos de ventilación, consiguiendo así un mayor ahorro energético.

El ahorro es tan significativo, que el coste de este tipo de sistemas se amortiza en apenas seis meses, ahorramos dinero y, sobre todo, ayudamos al medio ambiente.

Ahorrar calefacción en comunidades de propietarios

Al calor de la eficiencia

¿Existe alguna manera de reducir el gasto en calefacción en nuestra comunidad de propietarios? Allá van algunos consejos:

1. Agua caliente

  • Revisión de temperaturas. Si la diferencia entre las temperaturas de salida y llegada al acumulador de la comunidad es superior a 20ºC, se requiere una revisión urgente. Algo puede estar fallando en sus instalaciones, bien de producción o de distribución.
  • Tuberías protegidas. Tanto como aísles correctamente las tuberías y los depósitos de agua, tanto reducirás las pérdidas de energía y con ello aumentarás el ahorro.
  • Energía solar. Una instalación de energía solar térmica puede servir para precalentar el agua, requiriendo menos energía en la instalación central para alcanzar la temperatura óptima. Según la época del año y la ubicación de la vivienda, se puede llegar a conseguir que toda el agua se caliente con el sol.

2. Calefacción

  • Contadores individualizados de consumo. En las nuevas instalaciones son obligatorios. Contribuye a obtener ahorros de entre el 20 y el 30%. Aplican tanto a agua caliente como calefacción y permiten repartir los gastos en función del consumo de cada vivienda.
  • Contadores de horas/caudal. Son la alternativa a los anteriores, pudiendo ser de horas de consumo para la calefacción o de caudal para el agua. Son menos precisos que los de consumo individual pero ayudan a controlar el gasto.
  • Renovar o gastar. Se recomienda la sustitución de las calderas que tengan más de 15 años porque los avances en materia de ahorro energético han sido muy grandes en los últimos años.
  • Potencia adecuada. A veces pecamos por exceso a la hora de calentar el edificio, malgastando energía que no es necesaria. Cuando la potencia requerida sea muy elevada, la mejor opción son varias calderas conectadas hidráulicamente en paralelo, con regulación de su funcionamiento en secuencia.

3. Aislamiento

El edificio entero es, desde un punto de vista práctico, el demandante del calor o frío y, a la vez, su continente. Por este motivo, prestar atención a los aislamientos resulta fundamental:

  • Revisión de cerramientos exteriores. Sobre todo en invierno, es conveniente comprobar estas estancias para verificar que no tengamos fugas de calor.
  • Remplazar marcos. Los marcos de puertas y ventanas defectuosos o deteriorados por el paso del tiempo han de ser sustituidos. Además, se mejorará el comportamiento acústico.
  • Doble cristal. La sustitución de las ventas tradicionales por unas con doble cristal también favorecerá a preservar tanto el calor en invierno como el frío en verano.
  • Reforma de fachadas. Sin duda es la medida más cara, pero de asumir una reforma de este tipo, utilizar siempre materiales aislantes o, en su defecto, inyectarlos en las cámaras de aire.

¿Quieres conocer más consejos para ahorrar en tu comunidad de propietarios? Aquí los tienes.

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