Por esta razón muchos opinaban que las energías renovables no serían capaces de tener la representatividad suficiente en el mix energético, para no depender de los combustibles fósiles. El Hidrógeno puede ser la solución.
La aleatoriedad y disponibilidad de las energías renovables hace que sea necesario una mayor potencia de almacenamiento para optimizar la producción de la energía eléctrica y en estos casos el hidrógeno podría usarse como «gestor energético». La Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Industrial de la Universidad Politécnica de Madrid ha estudiado la viabilidad del hidrógeno en este sentido para un parque eólico concreto.
El hidrógeno es el elemento más abundante del universo, aunque en la Tierra se halla sobre todo en forma de compuestos como los hidrocarburos o el agua y debemos producirlo por reacción de hidrocarburos con vapor o por hidrólisis del agua, con la ventaja en este caso de que si la electricidad proviene de fuentes renovables, constituye un portador energético sin apenas emisiones.
La electrólisis del agua es un proceso relativamente simple y bien establecido que permite obtener el hidrógeno con alta pureza. Este hidrógeno puede ser utilizado en motores de combustión o turbinas de gas, pero la mayor ventaja es su uso en pilas de combustible, que son equipos que generan electricidad directamente con un alto rendimiento (60-90%).
El estudio realizado por la UPM destaca al hidrógeno por su multifuncionalidad actuando como «portador energético» almacenable que puede ser reconvertido en electricidad. El esquema propuesto prevé el uso de los excedentes energéticos para efectuar la electrolisis del agua; el hidrógeno así obtenido es un combustible idóneo para las pilas de combustible, que tienen rendimientos muy altos.
La solución aplicada al parque eólico estudiado conecta la instalación a la red de media tensión del parque; cada vez que la producción de energía sea superior al umbral establecido se almacenará el excedente energético bajo la forma de hidrógeno.
El sistema proyectado tiene muy alto rendimiento, pues se ha estimado un rendimiento global del 40% que representa el porcentaje de los excedentes eólicos que se pueden aprovechar y que antes se desperdiciaban.
Este avance facilitará al máximo la penetración a la red eléctrica del recurso eólico, con una producción energética más limpia y un paso más hacia la economía del hidrógeno.