Volkswagen y Citroen deciden reinvertarse y convertir sus coches clásicos en eléctricos.
Esto se debe la incipiente preocupación por el cuidado de nuestro medio o el cambio en la forma en la que nos movemos por la ciudad ha permitido la proliferación de vehículos eléctricos que se lanzan al mercado.
De esta forma, y desde hace algunos años se ha visto un incremento en lo que a innovación y desarrollo se refiere siempre en relación a la movilidad eléctrica, desde coches con mayor autonomía a aquellos que son medianamente asequibles para el consumidor medio.
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Coches clásicos en versión eléctrica
Dos de las marcas más importantes de automación, Volkswagen y Citroën, han decidido dar un paso más allá y producir sus icónicos clásicos en versión eléctrica.
Citroën Méhari, ahora eléctrico
Llevaba años Citroën, décadas incluso, flirteando con la posibilidad de relanzar su icónico Méhari, aquel modelo revolucionario y alegre presentado en el mayo de 1968. Versátil, claramente orientado al ocio, casi como de una anticipación de los actuales SUV se tratara, el Méhari se convirtió en sus 20 años de vida, hasta que dejó de fabricarse en 1987, en toda una leyenda por su originalidad, sencillez y filosofía.
La responsabilidad de recuperar aquel espíritu, y sobre todo actualizarlo a las nuevas tendencias de automoción, le ha correspondido al Citroën E-Méhari, un descapotable de cuatro plazas con un carácter desenfadado como su antecesor que refuerza su motorización complemente eléctrica.
La primera impresión al volante del E-Méhari es que las zonas de playa son su hábitat natural. Ideal para recorrer de un modo confortable y ecológico carreteras y caminos, su velocidad punta de 110 km/h le permite aventurarse lejos de los núcleos urbanos, con una autonomía en ciudad de hasta 200 km, aunque algo inferior en carretera.
La sencillez, tanto exterior como interior, es su seña de identidad, como una invitación al relax, a no preocuparse demasiado. Su capota de tela o sus amplias ventanas de plástico son una prueba de ello; también, que sus puertas no pueden cerrarse con llave: el porta llaves es el que activa el funcionamiento del vehículo al acercarlo, desde fuera, a un visor situado en la esquina inferior izquierda del parabrisas.
Azul, naranja, amarillo o beis, su carrocería elevada es de plástico, inmune al salitre y la corrosión y resistente a pequeños golpes y roces. El habitáculo, simple hasta lo inimaginable, incorpora una tapicería impermeable que permite lavar los asientos y el habitáculo con una manguera sin estropear los revestimientos.
Sus baterías de litio destacan por su fiabilidad y seguridad, además de por no sufrir alteraciones por los cambios de temperatura. La recarga se produce en 8 horas con una toma de 16 A o en 13 horas en las tomas domésticas con 10 A de intensidad.
La mítica VW Van, ahora eléctrica
A Volkswagen le encanta darle vueltas a este concepto, quiere que imaginemos cómo sería su legendaria furgoneta en este siglo, con la tecnología y diseño que se merece. La VW Van, mejor conocida en algunos mercados como Bus, ya ha tenido una recreación reciente con el BUDD-e, ahora tenemos que darle su sitio a I.D. BUZZ.
Una poderosa puesta al día para crear desde cero un vehículo eléctrico en el que quepan todas las tecnologías necesarias para que el conductor no tenga que realizar sus labores, y sea la furgoneta la que nos lleve hasta la playa más cercana. La firma alemana tiene especial fijación en lavar su imagen con productos “emisiones zero”, y si el ejemplo se puede dar con un concepto capaz de llevar a ocho personas dentro, mejor que mejor.
Es algo que se repite en muchos coches eléctricos de gran tamaño: colocar un motor por cada eje. Aquí se pone sobre el papel un motor de 150kW por cada uno, que son unos 201CV. Cuando trabajan en conjunto la cifra máxima que es capaz de generar es de 369CV.
Este sistema le permitiría convertir a la furgoneta en un monstruo acelerando, capaz de hacer el famoso ‘0 a 100’ en cinco segundos, teniendo que limitar la velocidad máxima del vehículo a los 160 kilómetros por hora.
En definitiva, se trata de una forma de dar salida a vehículos eléctricos mediante la utilización de sus modelos más insignes.