El principal problema del cálculo de la huella de carbono de un determinado producto, evento, organización o individuo y su posterior comunicación es la consistencia de la información que ofrece a las partes interesadas.
Una de las formas de comunicación más conocidas y visibles para los consumidores son las eco-etiquetas. Éstas ofrecen información de la huella de carbono de un producto, pero esta información puede resultar poco clara para el ciudadano o poco consistente.
Para solucionar este problema, la Mesa Redonda europea por la producción y el consumo de alimentos (European Food Sustainable Consumption and Production (SCP) Round Table) ha desarrollado un protocolo voluntario para la Evaluación Ambiental de Comidas y Bebidas (Protocolo ENVIFOOD).
Protocolo ENVIFOOD
El protocolo ENVIFOOD, especifica los requisitos para la evaluación de los impactos o interacciones medioambientales asociados a productos alimenticios y bebidas a lo largo de su ciclo de vida. Busca ofrecer una información científica, fiable, consistente, comprensible y no engañosa, a fin de ayudar a la elección del consumidor final entre un producto u otro.
Muchas marcas se propusieron como piloto para probar el protocolo, entre ellas están la pasta Barilla o los bombones Ferrero.
Este protocolo, lejos de ser una sistemática nueva, es una metodología armonizada a nivel europeo que se basa en el cumplimiento de la legislación de la Unión Europea (UE) y los principios rectores de la Mesa Redonda de Alimentos (SCP).
Otras aportaciones importantes han sido las normas internacionales como la ISO 14040/14044, ISO / TS 14067, PAS 2050 o el GHG Protocol. Destaca también la “Guía de la Comisión Ambiental de Producto Huella (PEF)”, entre otras.
En definitiva, se trata de un protocolo que busca unificar diferentes directrices y normas a nivel europeo para permitir a los consumidores obtener información real, científica y fiable que les permita elegir un producto en función de su impacto ambiental.
Poco a poco será necesario que se creen nuevas metodologías, que armonicen otras sistemáticas existentes y que se adecuen a sectores o productos específicos. De este modo, podremos avanzar de forma segura hacia unos patrones de consumo más responsables y sostenibles.