El downshifting es una forma de escapar del estrés laboral y del materialismo obsesivo que invade nuestra sociedad. Es una tendencia que aboga por disfrutar del momento presente, reducir la tensión y lograr un equilibrio sano entre el ocio y el trabajo. Ello supone “desacelerar” nuestro ritmo de vida, trabajar menos y tener más tiempo libre. Pero no sólo eso: también conlleva reducir los bienes innecesarios que acumulamos y vivir de una forma más sencilla.
Aunque a primera vista el downshifter implique una reducción del nivel de vida, lo que realmente estamos haciendo es mejorando la calidad de cada momento que vivimos. Necesitamos menos cosas materiales para ser felices y consumimos menos, lo que también nos lleva a ser más ecológicos y respetuosos con el entorno que nos rodea.
Ser un downshifter conlleva un cambio importante de comportamiento. Hay que replantearse nuevas prioridades en la vida y construir una nueva escala de valores y necesidades lejos del materialismo y el afán por el éxito económico y el reconocimiento profesional. En muchas ocasiones, hechos de la vida misma como tener un hijo o perder un empleo ayudan a ver las cosas con otro prisma y a cambiar tus prioridades en la vida.
El impulsor de esta corriente es el directivo John J. Drake, autor del best seller internacional Vivir más, trabajar menos (Paidós). Para Drake, el trabajo solo debe cubrir las necesidades reales. Hay que trabajar para vivir, no vivir para trabajar. Lo importante es dedicar tiempo y espacio a cuidar la salud, la alimentación y el descanso físico y mental. El ocio y las relaciones sociales con la familia y los amigos son también fundamentales. Todo ello nos aporta una gran bienestar emocional. En definitiva, hablamos de felicidad.
Fuentes: downshiftingweek.com / slowmovement.com / Flickr