Esta Feria de Consumo Responsable, organizada por la ONG Ambientate, se ha convertido en la cita ineludible, no sólo de quienes buscan la sustentabilidad de la demanda (el consumidor), sino también de quien se sitúa del lado de la oferta, es decir, los diseñadores y emprendedores.
Más de 70 puestos ofrecen al visitante un amplio abanico de opciones para llevar a cabo esta racionalización de los recursos, para mostrar cómo es posible, a través de las llamadas 3Rs (reducir, reutilizar y reciclar), cuidar la Tierra que habitamos sin perder por ello calidad de vida. Básicamente, consiste en concientizar del impacto positivo que tiene en la naturaleza elegir los productos y servicios, no solo en base a su calidad y precio, sino también, por su impacto ambiental y social.
La Feria de Consumo Responsable es una prueba palpable de los beneficios asociados que tienen estas prácticas, más allá del obvio respeto por el ambiente. En este sentido, atajar el excesivo consumismo, tanto consumiendo menos como maximizando el reúso, contribuye a la drástica reducción de residuos y de recursos económicos necesarios para gestionarlos.
Por otro lado, la Feria de Consumo Responsable, a través de sus diseñadores y emprendedores sustentables de los más diversos rubros (indumentaria, juguetes, objetos, accesorios, cuadernos, vajillas, joyería, mobiliario y productos de aseo y cuidado personal), también muestra cómo productores y consumidores pueden tener una relación mucho más directa y enriquecedora al tiempo que las economías locales se dinamizan priorizando las condiciones laborales dignas, la solidaridad y el comercio justo.
En la Feria de Consumo Responsable, junto al conjunto de actividades paralelas como talleres, música en vivo o charlas, también se dan cita ONG, proyectos sociales e instituciones educativas en un espacio rotativo donde comparten sus proyectos e iniciativas sustentables con la comunidad. Gracias a este tipo de actividades, los ciudadanos podemos ser más consecuentes con nuestras preocupaciones puesto que, si bien es verdad que cada vez un mayor porcentaje de los argentinos estamos preocupados por el ambiente, somos pocos los que cambiamos nuestros hábitos para aportar nuestro granito de arena. El consumo responsable es una manera, no sólo de cambiar esos hábitos, sino de adoptar un estilo de vida más sustentable y solidario con nuestro entorno.
Fuentes: greenvivant / tuverde