Los científicos llevan años trabajando en inventos ecológicos con los que favorecer la sustentabilidad y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Entre estos ingenios, los hay menos descabellados, como son las lámparas de bajo consumo, que ahorran hasta un 75% de energía, o las baterías solares para poder recargar nuestros celulares cuando nos quedemos sin batería.
Sin embargo, son los inventos ecológicos más locos los que nos llaman la atención, los que más contribuyen a concientizar a la gente. Un buen ejemplo de ello es la mochila fotovoltaica que, con sus paneles solares acoplados y hasta 11 tipos de conectores puede ayudarnos a recargar nuestros dispositivos móviles como cámaras de fotos, filmadoras o tablets, entre otros; o el greenetaror que aunque aún está en fase de desarrollo podría terminar por generar la energía que necesitemos para nuestros hogares a partir de la energía solar y eólica.
La industria trabaja incesantemente en esta línea, innovando hasta el punto de conseguir convertir en aceite las bolsas de plástico o haciendo de un mal hábito casi una virtud con los cigarrillos con semillas, provistos con filtros biodegradables que, en lugar de tardar 15 años en descomponerse, consiguen que con sus brotes crezcan flores silvestres.
En este sentido, la informática no ha quedado al margen de esta corriente de inventos ecológicos y, así, ya existen computadoras que han sustituido su plástico por bambú o memorias USB reciclables y recicladas, de cuyas ventas se destina un porcentaje a la plantación de árboles. Y en el mundo del papel, ¿qué encontramos? Pues desde el reciclado de los residuos de café para fabricar tinta con la que imprimir al curioso kranthout, esto es, papel y restos de serrín, astillas y virutas enrollados y aglomerados, dando apariencia de madera de gran resistencia.
Pero sin lugar a dudas, los reyes de los inventos ecológicos son los propios ciudadanos, la gente como vos, que con una simple botella de plástico PET desarrolla mil y un ingenios sustentables. Con unos simples cortes en el lomo de las botellas podemos reciclarlas y reconvertirlas tanto en jardineras para colgar en la pared o, si tomamos unas garrafas, construir una original cajonera.
Los inventos ecológicos en los que las botellas PET son protagonistas cada vez son más numerosos y muchos de ellos adquiriendo importancia, incluso, en la decoración. Así, las lámparas han sido uno de los elementos en los que las botellas recicladas han hecho su aportación, actuando como tragaluces al ser insertadas en un agujero del techo como albergando una bombilla en su interior y actuando como tulipa adornada, incluso, con hilo enrollado.
La lista de inventos ecológicos a base de botellas es realmente interminables: bebederos para pollos, macetas, regaderas y aspersores, jardines hidropónicos, estuches, ladrillos una vez llenadas de arena o, incluso, un calefón solar casero.