- Gran sinergia público-privada. Dado que hay dependencia de unos con otros, resulta importante que ambos sectores remen en la misma dirección hacia un crecimiento sustentable.
- Normalización tanto de las instituciones regulatorias como de los mercados energéticos, puesto que en ambos casos han de adecuarse a la realidad cambiante sin que por ello se menoscabe la competitividad.
- Diversificación de la matriz energética mediante la incorporación de las energías renovables. Resulta esencial que las energías limpias cobren un mayor peso en la industria, desplazando cada vez más los combustibles fósiles.
- Impulsar el uso responsable de la energía. Lamentablemente, el despilfarro de energía no sólo se produce en los hogares, también en las empresas, en especial las oficinas, muchas de las cuales sigue sin adoptar medidas de eficiencia energética (LEDS, sensores de movimiento, apagado de las computadoras cuando éstas no se usan…).
- Mejorar el proceso productivo. La innovación no pasa sólo por los productos finales, sino también por las fases implicadas en su producción, optimizándolas para alcanzar la excelencia en el consumo energético.
- Reducir el consumo de combustible en el transporte en general, tanto privado como público. Mediante sistemas como la gestión de flotas es posible realizar los procesos logísticos de un modo más inteligente y con menos costos, reduciendo al mismo tiempo la emisión de gases de efecto invernadero.
- Fomentar la innovación en todos los procesos, como es el caso de los equipos de bombeo en el consumo energético. Con la llegada de las bombas de velocidad variable no sólo se recupera la inversión sino que se pueden llegar a ahorrar 125.000 dólares por año.
- Generación de diagnósticos energéticos. No están muy extendidos entre las empresas, pero son un instrumento básico para alcanzar un ahorro de energía eléctrica. Se trata de estudios acerca de las posibilidades de ahorro que pueden conseguirse en las organizaciones. Gracias a ellos es posible descubrir las potenciales de ahorro energético.
- Líneas de financiación estatal. El apoyo del Gobierno de la Nación resulta esencial, especialmente para las empresas medianas y pequeñas. La buena noticia es que ya existen un buen número de iniciativas. Así, es posible obtener el 90% del costo de los diagnósticos energéticos. No sólo eso, también hay en marcha líneas de crédito para la implementación de proyectos de Eficiencia Energética a través del Fondo Argentino de Eficiencia Energética.
- Realizar auditorías técnicas de edificio. Para obtener ahorros energéticos es importante averiguar si se están produciendo fugas. Gracias a este tipo de auditorías es posible descubrir pérdidas de energía eléctrica en trafos y redes; pérdidas de frío, calor o de aire comprimido, etc.
Fuente: Ministerio de Energía y Minería de Argentina
Recomendación musical: Jorge Drexler – Disneylandia