Elige plantas adecuadas al tipo de suelo. De esta forma, minimizarás su mantenimiento. Puedes elegir plantas de clima mediterráneo. Son las más duras, las que aguantan mejor las temperaturas extremas de los fríos inviernos y los calurosos y secos veranos. Y si te gusta el césped, intenta minimizar su uso o buscar variedades de céspedes de bajo consumo.
Minimiza el consumo de agua. Un jardín sostenible puede llegar a sobrevivir con un 70 por ciento menos de agua que los jardines tradicionales. Para conseguirlo, es fundamental utilizar métodos de riego eficientes. El hecho de usar un sistema de goteo en lugar de aspersores nos ahorrará un 40% de agua. Otra opción es utilizar sensores pluviométricos, de humedad y de temperatura, que dosifican el riego según las necesidades de la tierra y las condiciones climáticas. Otras ideas interesantes son: recoger agua de lluvia y utilizarla para el riego, crear zonas de sombra con setos, árboles o pérgolas para bajar la temperatura y disminuir la evaporación de agua; e incluso crear un acolchado de corteza de pino sobre la superficie de la plantación. Además de ahorrar agua, evitarás así la aparición de malas hierbas.
Instala una iluminación sostenible. Este aspecto es fundamental a la hora de diseñar un jardín sostenible. Lo mejor es utilizar bombillas de bajo consumo, LED o lámparas solares que evitan instalaciones complicadas y aportan una luz muy acogedora. Por ejemplo, podemos usar balizas solares LED, como el modelo Bola disponible en la tienda Twenergy. Con un original diseño, esta lámpara está fabricada con material resistente e impermeable y proporciona una bonita luz para las noches de buen tiempo. Otra gran idea es utilizar sensores de presencia en zonas de paso donde sólo se iluminen las luces cuando sea necesario.
Ya conoces las claves para ser ecológico y respetuoso con el medio ambiente ¿Te animas a diseñar tu propio jardín sostenible?
Fuentes: faro.es | solverd.cat