El biogás es una fuente de energía renovable, compuesta principalmente por metano y dióxido de carbono, generados a partir de la biodegradación de materia orgánica en ausencia de oxígeno. Cumple una importante función medioambiental ya que se obtiene a partir del tratamiento y la valorización energética de residuos orgánicos de origen animal, vegetal, agroindustrial, forestal y acuático.

Como otros combustibles, el biogás cuenta con múltiples aplicaciones, desde generación de electricidad o calor, hasta carburante en vehículos adaptados para ello.

Múltiples beneficios para el medio ambiente

Este biocombustible contribuye a la mitigación del Cambio Climático debido a las siguientes razones:

·    No emite dióxido de azufre, que además es el principal causante de la lluvia ácida

·    Disminuye la concentración de partículas en suspensión de monóxido de carbono y de hidrocarburos, respecto a otros carburantes

·    Permite reducir la dependencia energética de los combustibles fósiles

Además, no sólo permite usar como materia prima residuos como las deyecciones y los residuos ganaderos que presentan una amenaza para los suelos y las aguas de estas regiones,  sino que desde un punto de vista socioeconómico es una oportunidad para las zonas rurales, ya que permite garantizar el suministro eléctrico descentralizado.

Otro de los beneficios del biogás frente a otras fuentes de energía renovable, es que proporciona una mayor seguridad en cuanto al abastecimiento energético pues su producción no está limitada por las condiciones climáticas.

Situación actual en España y en Europa

Según el último informe presentado en 2012 por la EBA (European Biogas Association), Alemania es la primera potencia europea en este sector alcanzando las 8.700 plantas de producción de biogás. Destaca de igual manera el gran crecimiento de esta fuente renovable en países como Francia, Reino Unido o Italia. Este último consiguió hacer cambios en su legislación para poder introducir biogás en la red de gas natural y asegurar así su distribución.

Pese a los esfuerzos realizados, la importancia de España como productora de biogás industrial es bastante discreta, situándose en el puesto 22 de los 28 países que conforman la Unión Europea. En los últimos tres años el número de plantas de biogás en España ha ascendido de 5 a 22.

En concreto en España aproximadamente el 90% de biogás producido proviene de vertederos y depuradoras. En los últimos tiempos se está intentando impulsar el desarrollo de biogás agroindustrial a partir de deshechos hortícolas.

Perspectivas de futuro

Cabe recordar que, debido a la Directiva Europea 99/31/CE que limita la entrada de residuos en vertedero, la producción de biogás es una alternativa sostenible ya que, además de producir energía verde, se cumpliría con el principio básico de la gestión de residuos que hace referencia a la recuperación energética.

Los mercados que pueden despuntar en los próximos años serán Francia, Holanda, Italia, Polonia, Reino Unido y República Checa, gracias a los subsidios y las primas que funcionan en dichos países.

A nivel europeo existen diferentes iniciativas para optimizar el proceso de generación y mejorar el control en la generación de biogás. Para ello se está llevando a cabo un proyecto con financiación europea, llamado “AD-WISE”, diseñado para optimizar la digestión anaerobia del proceso. Gracias a esta iniciativa se podrán obtener en tiempo real on-line mediciones de ácidos grasos volátiles (AGV) e integrarlas en el sistema de control de la planta.

A la vista de los datos disponibles, si bien es cierto que Europa cuenta con perspectivas de futuro muy positivas en lo que a producción de biogás respecta, sorprende el lento crecimiento experimentado en España a pesar de la gran cantidad de residuos agropecuarios disponibles. Existen dos motivos por los que esta tecnología no ha llegado a alcanzar la velocidad de desarrollo que su potencial auguraba.

El primero hace referencia al Real Decreto 1/2012, por el cual se suspenden las primas a las nuevas instalaciones de origen renovable, lo que ha motivado que muchas de las plantas en construcción se hayan frenado. El segundo conlleva la necesidad de desarrollar una normativa que defina estándares de calidad del biogás, para permitir su aprovechamiento mediante la inyección a redes de gas natural, tal y como ocurre en Alemania, Italia o Suecia.

Las asociaciones españolas relacionadas con el biogás abogan por diferentes medidas de apoyo al sector, como incentivos a la producción, cogeneración, o contabilización de las emisiones de CO2 evitadas.

Conscientes del potencial del biogás, algunas empresas españolas como Endesa y Kern S&D están empezando a ofrecer servicios en este campo.

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