El bulevar más verde de VallecasCuando surgió el proyecto a mediados de los años 2000, su objetivo era, precisamente, primar la sostenibilidad por encima de todo. Y se ha conseguido, pues su estructura circular encierra un alto grado de eficiencia energética, al tiempo que maximiza los espacios abiertos y antepone el peatón a los vehículos. Es lo que podríamos denominar, no sólo arquitectura sostenible sino, además, inteligente.

Uno de los elementos más característicos de este entorno son sus tres árboles artificiales, absolutamente autosuficientes desde el punto de vista energético, capaces de generar microclimas gracias a la energía solar captada mediantes sus sistemas fotovoltaicos. Precisamente la venta de esta energía generada contribuye a recaudar fondos que se reinvierten en el mantenimiento de la infraestructura. Se trata del árbol mediático, el árbol del aire y el árbol lúdico, que hacen las funciones de la vegetación viva que aún precisará unos años más de crecimiento hasta alcanzar la fortaleza suficiente para generar el oxígeno suficiente. Cuando lo hagan, los árboles artificiales serán desmontados y reutilizados, llevados allí donde se precise el mismo proceso de activación.

Otro de los puntos más llamativos nos conduce al sistema de climatización, inspirado en las técnicas de climatización usadas habitualmente por la industria agrícola. Así, gracias a los dispositivos instalados en los árboles de aire, el enfriamiento se realiza por evapotranspiración como si se tratara de un gigantesco invernadero, capaz de reducir hasta en 10º C la temperatura ambiente. Al mismo tiempo, la corona de los árboles dispone de captadores de viento orientables introducen aire en las torres, siendo posteriormente impulsado por un ventilador, atravesando la nube de agua atomizada y contribuyendo al enfriamiento general.

En cuanto a la monitorización, el árbol mediático cuenta con un sistema de pantallas LED conectadas a cuatro estaciones meteorológicas, cada una de las cuales se encuentra en cada árbol y en el bulevar, registrando datos del grado de control de las variables climáticas en cada uno de los árboles. Ya está en marcha un proyecto de investigación del CIEMAT para analizar comportamiento climático de la instalación a lo largo de los años.

La experiencia no sólo ha sido muy positiva desde una óptica medioambiental, sino que ha traído al barrio otros beneficios. Es el caso de una dinamización social, pues a ha conseguido aglutinar a parte de la población que pasea por sus calles, que disfruta de sus bancos, llenándolo aún más de vida. Además, surge un fuerte componente educativo y de sensibilización ecológica, pues no son pocos los colegios que realizan visitas con sus alumnos para enseñarles de primera mano los beneficios de esta nueva arquitectura verde, como si se tratara de un aula medioambiental al aire libre.

Fuentes: Twenergymadridesmadrid.com/ / .wikiarquitectura.com / plataformaarquitectura.cl / viasostenibilidad / © imagen jpgatwork

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