Su nombre es Boyan Slat, tiene 19 años y ha patentado un ingenio de bajo coste capaz de retirar del mar cientos de toneladas de plásticos. La intrepidez de este joven holandés es comparable a la hazaña del joven David, su honda y su piedra, en este caso, consiste en una suerte de embudo gigante que aprovechando las corrientes marinas y los vientos que arrastran la basura oceánica es capaz de reconducirla hacia una plataforma flotante donde son recogidos y clasificados sin que esto dañe ni la fauna ni la flora marina.

Podemos imaginar la sorpresa que se llevaron los asistentes de la conferencia internacional de Medio Ambiente celebrada en Washington en la que este joven tomó la palabra para presentarle a John Kerry, Secretario de Estado de los Estados Unidos “The Ocean CleanUp”, la solución a uno de los problemas medioambientales más graves del planeta.

No es ni mucho menos el primero que lo intenta y propone soluciones, algunas de las más originales como la de crear una isla flotante construida con los plásticos que pueblan el mar.  Sin embargo, esta iniciativa destaca por varias cosas además de la juventud de su impulsor:

– Se calcula que es 33 veces más barato que otros métodos propuestos. Las estimaciones apuntan a que el montante anual ascendería a 40 millones de dólares anuales y que en cinco años estaría completado el proceso.

– Su sistema se basa en un mecanismo sencillo que atraviesa los parches de basura que flotan en el océano obteniendo un resultado más efectivo, se calcula que podría llegar a eliminar 7.250.000 toneladas de residuos plásticos.

– Incorpora además unas plataformas donde se procede a la clasificación de los distintos plásticos que queden atrapados en el embudo, manteniendo a salvo todas las formas de vida marina.

Slat consiguió a través de crowdfounding los 65.000 € que precisaba para lanzar el primer prototipo y se encuentra ahora en fase de recaudar al menos 2 millones de euros para hacer del proyecto una realidad. En paralelo ha constituido una fundación en la que ya más de 100 voluntarios trabajan en la prevención y detección de plásticos en los océanos y en el desarrollo de tecnologías de extracción y posterior procesado.   

El joven inventor afirma que tras la Edad de Piedra y la Edad de Bronce nos encontramos ahora en medio  de la Edad de Plástico y consciente de ello reconoce que a pesar de la eficacia de este ingenio la batalla más importante contra la acumulación de plásticos se libra en la conciencia ecológica de cada uno. Las tres erres de la ecología (Reducir, Reutilizar y Reciclar) serán siempre la base de un planeta más habitable pero “The Ocean CleanUp” puede ser un buen guardián de la vida marina. 

Fuentes: Sipse | Le Figaro

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