La idea se le ocurrió a Pablo Naya, quien durante 20 años fue dueño de una concesionaria de vehículos y después de recorrer varias ciudades europeas comenzó a pensar en desarrollar la movilidad que ya se veía en el Viejo Continente.

En 2012 consiguió ingresar los prototipos en el país y entonces fue cuando arrancó el desarrollo formal de Sero, un vehículo que no mide más de 2,5 metros, tiene capacidad para dos personas y, por ahora, tres versiones diferentes: con baúl, tipo camioneta y con media puerta. La batería se recarga enchufándolo a un toma normal y recupera la carga total entre 5 y 7 horas.

“Si bien el diseño es italiano, hicimos un desarrollo propio, modificamos las medidas, estructura y tecnología (llevamos invertidos algo más de 4 millones de dólares). El 85% del auto tiene producción nacional y ahora estamos trabajando para poder llegar a las unidades que necesitamos para salir al mercado»,  explica Sebastián Da Dalt, que se define como el brazo industrial del proyecto.

“Es movilidad alternativa, no puede desarrollar ni alta velocidad -la máxima es 45 km/h- ni tiene autonomía para recorrer grandes distancias -dependiendo del uso entre 60 y 70 km-, no puede circular por rutas ni autopistas. Es lo que en Europa denominan micro-cars”, agrega el fabricante.

La preserie, de 25 autos, es una suerte de ensayo general o puesta a punto del producto. «Es la etapa en la que se hace el ajuste fino para llegar al vehículo con todas sus partes perfectas para la producción comercial. Se revisan las puertas, el encendido, la autonomía, la relojería. Es habitual que cuando empieza el ensamblado aparezcan algunos defectos», cuentan.

Según los planes, la producción que ya arrancó será inicialmente de entre 500 y 600 vehículos anuales, con un precio de mercado que rondaría los 10.000 dólares. Sin embargo, para poder recorrer las calles en la Ciudad de Buenos Aires y en la provincia necesita de una legislación especial que sigue pendiente. Por el momento puede utilizarse en espacios internos de barrios cerrados, clubes o ferias. Precisamente allí es donde se están probando por el momento.

Incluso es posible que la primera flota de autos eléctricos de la iniciativa oficial porteña puedan llegar a utilizar estos autos. «Creo que en un año ya vamos a ver autos eléctricos e híbridos; especialmente estos últimos tienen una gran oportunidad porque no requieren adaptar el ámbito urbano. Para el transporte público de pasajeros estamos estudiando las tecnologías disponibles y, para 2020, se desarrollará un corredor de Metrobus con 50 coches eléctricos articulados», indicó Juan José Méndez, secretario de Transporte y Tránsito porteño.

La dificultad de la circulación de los autos puramente eléctricos por estas latitudes radica en las estaciones de recarga, aún no desarrolladas. Según pudo averiguar Tw Energy, hay un proyecto para poder incorporarlas en el centro, en los lugares donde podrían alquilarse estas unidades, como sucede en algunas ciudades europeas.

París fue la primera ciudad del mundo en poner en marcha este sistema, con un total de 200 estaciones de carga para 250 vehículos eléctricos de cuatro plazas. El funcionamiento es similar al del alquiler de bicicletas: el usuario puede abonar por Internet o en los puestos de servicio, donde obtendrá una tarjeta que le permitirá encender la unidad. El abono anual cuesta 144 euros al año; el semanal, 15 euros, y el diario, 10.

En Argentina es más cercana la circulación de autos híbridos, que hoy ya sucede, y la conversión a híbridos para empezar a transformar la movilidad urbana en más sustentable.

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