En otros casos no sólo se piensa en la seguridad vial, sino que también se tienen en cuenta otras razones para llevar a cabo esta medida. El ayuntamiento de Sabadell (Barcelona), por ejemplo, ha implantado la velocidad limitada a 30 km/h en 190 calles de la ciudad para «pacificar el tránsito, reducir los accidentes y disminuir el impacto acústico del tránsito rodado», una actuación que también pretende incrementar el respeto de los conductores respecto a los pasos de cebra y la circulación de bicicletas por la calzada, haciendo éstos más seguros y confortables.
En Zaragoza la prohibición de circular a más de 30 km/h también es una realidad en todas las calles de un único carril de su casco urbano, con el objetivo de salvaguardar e incentivar el uso de la bicicleta . El ayuntamiento ha señalizado las denominadas «vías pacificadas» con señales horizontales de dos tipos: una de velocidad máxima a 30km/h y las otras con símbolos de la bici pintada en la calzada.
Fuera de España uno de los mejores ejemplos es Dublín, que ya en 2006 redujo la velocidad cerca de las áreas comerciales y de oficinas de 50 a 30 km/h, y ahora pretende reducir la velocidad a este límite en casi todas las calles del centro.
En algunas calles puede no ser adecuado implantar este sistema manteniendo una velocidad limitada de 50 km/h, pero en otras más internas de la ciudad es mejor para todos marcar ese límite.
Seguro que en tu ciudad ya existen algunas calles que ya tienen implantada esta medida y puedes juzgar por ti mismo los beneficios de seguridad y tranquilidad que eso conlleva.
Fuente: Elaboración propia / ecomove /sociedad-sostenible.blogspot.com / farodevigo.es / dublincycling / flickr