Se estima que cada bebé hace uso de alrededor de 6.000 pañales. Este cálculo por ejemplo en Francia da como resultado un millón de toneladas de pañales usados desechados. Esto supone un grave problema ambiental por el excesivo nivel de residuos que produce y el gasto de recursos que supone su fabricación. Además, en muchos países se desechan de manera inadecuada.
Los pañales convencionales están compuestos por tres capas: la primera es de polipropileno, que impide el retorno de líquido al cuerpito del bebe; la segunda es de celulosa, que absorbe el líquido; y la tercera es la capa exterior impermeable de polietileno. Junto a ello, hoy en día además, suelen venir acompañados de un gel de polímeros súper- absorbentes.
Para que un pañal de estas características se descomponga son necesarios 200 años y para su fabricación se utilizan grandes consumos energéticos y de recursos.
Obtención de energía a través de pañales usados
Para tratar de compensar este problema, una empresa francesa está llevando a cabo un proyecto piloto llamado «Happy Nappy», cuyo objetivo es reciclar pañales usados y producir energía, abono y otros materiales para su reutilización.
Para ello, lo primero que hacen es triturar los pañales para separar los residuos orgánicos del bebé por un lado (50-70%) y, por otro, los componentes del pañal (10-20% plásticos, 10-20% fibras y 5-10% polímeros súper absorbentes).
Después, los residuos orgánicos son depurados y utilizados para generar biogás y abonos para la agricultura. Los plásticos se reciclan para la fabricación de otros productos.
Esta solución resolvería el problema de los residuos, además de poder producir energía y otros recursos aprovechables. Sería importante, además, que los fabricantes utilicen componentes biodegradables y fáciles de reciclar.
La alternativa más sostenible
Otra forma alternativa de solucionar el problema medio ambiental que ocasionan los pañales es utilizando pañales de tela, que pueden ser re-utilizados todas las veces que sean necesarias, por lo que eliminamos el problema de los residuos. Son además los mejores para la piel del bebé por no llevar productos químicos y resultan finalmente más económicos, especialmente si se vuelven a utilizar por hermanos pequeños, primos, etc. Aunque esta alternativa no tiene las ventajas de la comodidad de uso de los pañales desechables.
Fuentes: Twenergy / Compromiso RSE / Flickr