Tal como publica el New York Times, el consumo de bicicletas eléctricas crece en Europa, sobre todo en los países del norte (en Alemania, ocupan un 11% del mercado. En los Países Bajos, su venta se incrementó un 9% el año pasado). Y si bien nos resultan muy tentadoras (sobre todo para no pedalear en las cuestas arriba), el precio es uno de los factores que más nos echa para atrás.
¿Qué pasa si primero queremos probar, antes de sumergirnos del todo en el mundo de la bicicleta eléctrica?
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¿Hay alguna forma de hacernos con una bicicleta eléctrica por poco dinero?
Sí: haciéndola tú mismo. O, mejor dicho, transformando tu bicicleta en una eléctrica (no olvides además que, para que vuelva a ser ‘tu bici de siempre’ basta con desactivar el motor).
Te contamos dos maneras de convertir tu bicicleta en eléctrica:
Un kit de conversión
En el mercado existen ya unos cuantos kits de conversión para pasar de una bicicleta normal a una eléctrica. Básicamente, se componen de cuatro partes que pueden ser atornilladas en cualquier bicicleta: un motor, batería, controlador y acelerador. Hay kits más completos, que incluyen también aceleradores de pulgar o frenos mecánicos, entre otros. Y es fácil: apenas tardas unos 20 minutos en instalarlos (si puedes montar una mesa de centro o una estantería, puedes armar también este kit).
Dependiendo sobre todo del tamaño de tus ruedas y de la potencia de la batería, los kits cuestan a partir de 200-300 euros, aunque el precio puede subir hasta cerca de los 800 (o más), si mejoran las prestaciones y quieres tu ciclo para desplazamientos largos (más de 100 kilómetros) y velocidades mayores. Páginas donde puedes encontrar buenos kits son ruedaselectricas.com o ecomovingsports.com, entre otras.
Para que te hagas una idea de lo sencillo que es, una iniciativa particular que nos ha llamado la atención es la del Kit de Conversión Barak, que el estadounidense Micah Toll ha puesto en la página de crowfunding kickstarter.com. Toll consiguió enseguida el dinero para financiar su invento, que consiste en un kit de conversión de rango medio y a buen precio. Su kit se compone de un motor de rueda, batería, controlador y acelerador.
La rueda que incluye el kit contiene el motor en el centro de ella y se instala reemplazando la rueda delantera de tu bicicleta actual. La batería se atornilla sobre el bastidor de la bicicleta (al soporte de la botella de agua o al asiento, dependiendo del tamaño de la bici). El controlador se mantiene dentro del soporte de la batería y fuera de la vista. Y el acelerador simplemente se desliza sobre el extremo del manillar. La electrónica completa también está incluida.
Hay dos versiones de kit: de 350 vatios y la más potente, de 500 vatios. Si bien con ambos alcanzarás la misma velocidad, la diferencia está en la potencia, que notarás sobre todo al acelerar. Una batería de 350 vatios te viene bien si vives en una ciudad sin mucho desnivel, y si tu peso es mediano (que también se nota). Los 500 vatios son perfectos para ciudades con cuestas y usuarios más grandes (a partir de 85 kilos). Ya convertida en eléctrica, tu bicicleta puede llegar a los 50 kilómetros por hora, aunque (como explica Toll), una vez que pedaleas a buen ritmo, “una bicicleta deja de ser eléctrica para ser simplemente una bicicleta”.
Con este nombre tan atractivo han llamado varios investigadores (entre ellos algunos del MIT) su proyecto por el cual se puede transformar una bicicleta normal en una eléctrica en un solo paso: instalando una pieza que sustituye al plato trasero de la bicicleta. Quitamos la rueda, instalamos esta pieza (que además es de un moderno y estiloso rojo), enganchamos la cadena de nuestra bicicleta y le damos al pedal para empezar ya mismo para almacenar energía eléctrica. Y ya.
No hace falta nada más, sólo nuestro smartphone, que nos servirá para controlar la velocidad. ¿Se trata de una ‘rueda mágica’? Obviamente, no. Lo que han conseguido sus creadores es integrar dentro de ella todo el sistema de una bicicleta eléctrica, motor, baterías… de una forma completamente inalámbrica, de tal manera que la simplificación de un kit para transformar tu bici en eléctrica llega al extremo.
La Copenhaguen Wheel tiene además diferentes sensores que envían información al teléfono para que saquemos máximo partido a nuestra bicicleta (por ejemplo, permite bloquear la rueda a distancia o controlar la potencia del motor): es un aparato inteligente (¿se puede pedir algo más?).
Su motor es de 250 vatios, la batería trabaja a 48V y otorga una autonomía de unos 50 kilómetros con cada carga (por supuesto, siempre puedes seguir pedaleando y acumulando energía). Eso sí, sólo es compatible (de momento) con ruedas de 26 pulgadas y barato no es, aunque sigue costando menos que una eléctrica buena. Su precio ronda los 600 euros y se puede encargar en su página web.
Ebike 75
Ebike 75 es una marca creada por dos ingenieros madrileños que ofrecen unos kits de electrificación para todos aquellos que quieran convertir su bici tradicional en una reluciente bicicleta eléctrica. Hay disponibles dos kits: el Ibex, que permite tracción trasera y delantera y es muy ligero; o el Wolf, que ofrece una potencia constante y permite recargar hasta un 20% de batería en movimiento.
Ambos kits eléctricos están homologados para circular por la vía pública con una limitación de 25 km/hora. Para quienes quieran circular más rápido fuera de la vía urbana, hay un modo off road sin limitación de velocidad para su uso en el campo. Los kits incluyen además una aplicación móvil que permite controlar la potencia del motor, conocer las velocidades, las distancias, los tiempos, etc.
Ebike75 ofrece así una alternativa de transporte urbano sostenible que puede animar a muchas personas a dejar aparcado el coche y subirse al sillín. Además de ser más respetuoso con el medio ambiente, es más barato enchufar la batería que llenar el depósito de gasolina. Utilizar una bicicleta eléctrica con el kit supone un coste de apenas 0,10 euros de consumo cada 100 kilómetros. Eso sí, la inversión para su compra es algo más alta: entre 750 y 900 euros.
Fuentes: Elaboración propia