La celebración del Fondo Verde para el Clima tendrá lugar en el marco de la feria ‘Carbon Expo’ de Barcelona durante el mes de mayo. De esta manera, Barcelona será la antesala de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático de París (COP21) en diciembre de 2015, en la que se han depositado todas las esperanzas para que al fin la Comunidad Internacional alcance un acuerdo de máximos para salvar al Planeta.
La falta de acuerdos esenciales en Lima no permite ser demasiado optimistas de cara a la cumbre de París y, precisamente por ello, el Fondo Verde para el Clima debe convertirse en un revulsivo que dé un vuelco a la situación actual. Con las propuestas alcanzadas en COP20, no sólo no impediríamos sobrepasar el umbral de los 2ºC sino que pondrían al mundo en la senda de un aumento de temperatura global de 4ºC.
Consciente de la importancia del Fondo Verde para el Clima, España realizará una aportación por valor de 150 millones de dólares que permitirá avanzar en proyectos de desarrollo en Iberoamérica. Algo que habría de sumarse a la asunción de la responsabilidad histórica de los países industrializados, que tendrían que abandonar de una vez por todas los combustibles fósiles y el uso indiscriminado de recursos, apostando mucho más por las fuentes energías renovables.
El Fondo Verde para el Clima nació en 2009 como un mecanismo financiero con el objetivo de que, para 2020, los países ricos consiguieran movilizar 100.000 millones de dólares al año desde fuentes públicas y privadas para contribuir a que los países en desarrollo se adaptaran a los cambio en el clima, reduciendo sus emisiones de gases de efecto invernadero. Algo, por otro lado, que de poco serviría si los más ricos –como EEUU o China-, que son los más contaminantes, no hacen lo mismo.
Casi seis años después de su creación, las aportaciones totales al Fondo Verde para el Clima apenas superan los 10.200 millones de dólares, lo que evidencia la falta de compromiso global, más allá del discurso, en la lucha contra el cambio climático. De hecho, los países en desarrollo demandan alcanzar al menos los 15.000 millones de dólares. De otro modo, difícilmente se conseguirá limitar el aumento en las temperaturas mundiales a 2ºC por encima de los niveles preindustriales.
Fuentes: Econoticias / Reuters