La fórmula para conseguir crear marca y diferenciarnos como un destino responsable, se basa en mejorar la competitividad del sector turístico nacional a través de la eficiencia energética y la innovación.
¿Cuáles son las claves para conseguirlo?
1. Concienciar al turista español. Desde Europa los turistas ingleses o alemanes que nos visitan tienen una gran sensibilidad y preocupación con el medio ambiente, valoran de manera muy positiva que, por ejemplo, no les cambien las toallas ni las sábanas a diario durante su estancia, aunque estén alojados en un hotel de 4 ó 5 estrellas. Esto es cultura, ahí nos sacan cierta ventaja. Por eso debemos seguir trabajando la sensibilización y concienciación de la sociedad en general, empezando desde la base por los niños hasta llegar al empresario. Sólo así podremos aspirar a la vanguardia del turismo sostenible y de calidad sin que eso suponga un menor confort o un aumento de las tarifas para el cliente. Al contrario, se traducirá en un incremento de la calidad y el servicio al cliente, así como de la imagen externa del destino.
2. Liderazgo, crear una imagen de marca de calidad. Debemos posicionarnos con un liderazgo claro identificando nuestra marca como un turismo de calidad y sostenible, ya que este sector es un motor capaz de dinamizar el mercado laboral y contribuir de forma sólida y continuada al crecimiento de la actividad empresarial. El turismo sostenible ayudará a que se reconozca en el mercado el esfuerzo del empresario, se cree una marca de país y tenga un retorno. El sector turístico es desde siempre uno de los puntales de nuestra economía, demanda soluciones integrales y productos innovadores adaptados a sus características, como son la estacionalidad de la demanda, la variabilidad de la ocupación o las exigencias de reducción del impacto de su actividad en el medio ambiente.
Sabemos, por diversos estudios de carácter internacional, que las medidas de responsabilidad social corporativa de cara al cuidado del medio ambiente están cobrando importancia en la selección de destino vacacional por parte de los viajeros, y constituyen un elemento indicativo de calidad incuestionable.
Lo primero que hay que hacer es medir, conocer con rigor lo que se está consumiendo y dónde y analizar los históricos de consumo. Para ello contamos con las empresas de servicios energéticos que venden inversión en lugar de coste y la labor de profesionales para que asesoren y lleven a cabo las auditorías correspondientes para obtener un diagnóstico de la situación y las medidas más adecuadas en cada caso. De este modo se reducen emisiones, consumos y costes.
3. Invertir en eficiencia energética. Las nuevas tecnologías y sistemas de eficiencia energética consiguen un resultado positivo sobre los beneficios y los ahorros en los hoteles. Por eso hablamos de inversión en la renovación de instalaciones y procesos destinados a optimizar los recursos energéticos. Las actuaciones en eficiencia energética en instalaciones turísticas generan importantes retornos, porque permiten recortar costes y consumos energéticos en iluminación o equipos, obteniendo el máximo rendimiento de las instalaciones en los establecimientos. Además suponen un elemento de diferenciación de los destinos turísticos en base a su sostenibilidad.
Por todo ello cada vez más cadenas hoteleras invierten en eficiencia energética, con excelentes resultados y esfuerzos por comunicar sus avances en esta materia. Es más, muchas empresas hoteleras cuentan con sus propios departamentos de calidad, gestión energética y medio ambiente, ya que el tema es complejo y es necesario considerarlo desde diferentes perspectivas: ahorro, eficiencia, contratación de suministros, confort, sostenibilidad, nuevas tecnologías aplicadas a la iluminación y climatización, gestión de ayudas y subvenciones, cálculo y certificación de la huella de carbono de los edificios, uso de energías renovables, etc.
Para conseguir los mejores resultados se diseñan medidas personalizadas según las necesidades de cada cliente en base a criterios de rentabilidad, eficiencia y practicidad en su implantación, en línea con las tendencias del mercado hacia el hotel energéticamente excelente. La nueva norma ISO 50.001 ha abierto una nueva vía para los hoteles que quieran certificar su gestión energética y, con ello, beneficiarse del impacto positivo que la eficiencia energética genera para su imagen y también en su cuenta de resultados.
En nuestras manos está realizar el esfuerzo que nos permita seguir posicionándonos como un turismo puntero y de calidad, generar puestos de trabajo y continuar contribuyendo positivamente al PIB español.
Por último me gustaría recordar que la propia Organización Mundial de Turismo en su Código ético incluye el siguiente punto sobre el turismo sostenible.
Fuentes: Twenergy / Organización Mundial de Turismo / Flickr