Significado de la palabra Hygge

La razón de esta creciente fama está no tanto en la palabra sino más bien en lo que significa. El hygge es el secreto de la felicidad danesa y un elemento clave para comprender su estilo de vida. Pronunciar se pronuncia huga (o eso es lo que dicen los libros) y significar, en esencia, significa “pensar y sentir con satisfacción”, aunque se usa para hablar de cosas tan variopintas como quedar para pasear en la naturaleza, hornear un pastel, leer un buen libro tapados con una manta o simplemente oír la lluvia mientras se está en casa.

¿Por qué nació esta idea de vida en Dinamarca? 

En algunos de los libros especializados sobre el tema, apuntan a que quizás esté muy ligado a que el país ha tenido una política social desde hace largo tiempo. Una vez que se han cubierto las necesidades básicas y que el individuo no tiene que preocuparse por ciertos elementos de la vida cotidiana, puede centrarse en otras cosas. Así, nació una cultura en la que los ciudadanos están más centrados en los elementos “sociales, creativos y personales de la vida”. Si a eso se suma que los daneses llevan siglos viviendo en un país pequeño (durante el siglo XIX perdió territorio), se comprende que hayan cambiado la forma de ver el mundo. La idea del hygge está desde entonces ligada a lo familiar, a lo casero y a lo pequeño, a la comunidad.

Principios de la vida hygge

Entre los principios de la vida hygge está el de buscar la esencia a las cosas y a los lugares. Hay que hacer aquellas cosas que hacen que nos sintamos cómodos y felices en el día a día y hay que apreciar las que nos rodean. Por ello, no sorprende, cuando se busca qué se puede hacer para convertir nuestro hogar y nuestro día a día en algo un poco más hygge, encontrar muchas recomendaciones y muchas acciones ligadas a los sostenible.

Así, se puede ser más hygge echando mano del reciclaje. Como apuntan en uno de los varios libros que han aparecido sobre la cuestión en los últimos tiempos, es completamente hygge el reciclar “palés, tarros, cajas y tuberías” que dan “una pátina suplementaria al entorno”. Las cajas de fruta pasan a ser estanterías para libros y un tarro viejo se convierte en un vaso en esta nueva reinvención. Dar nuevas vidas a los objetos y a las cosas es, por tanto, una manera de acercarse al principio de la felicidad danesa. De hecho, no es difícil encontrar alusiones al hygge cuando se habla de decoración sostenible y del ‘eco-chic’.

 El reciclaje es un concepto muy hygge en Dinamarca

Por supuesto, el reciclaje no es el único modo de convertir nuestra casa en un lugar hygge ni de aplicar estos principios al día a día. La iluminación también entra en juego y no se trata simplemente de usar velas para crear atmósferas acogedoras (que también). Para los daneses, que tienen que depender de la luz artificial entre seis y ocho meses del año, las cuestiones de cómo iluminar el hogar y qué tipo de bombillas usar no son meras banalidades. Son muy conscientes de la importancia de tener una ‘buena luz’ y que esta sirva para los fines buscados, pero también de que esa iluminación sea respetuosa con el entorno. Por tanto, las bombillas de toda la vida no son tan hygge como una iluminación LED que genere luz cálida. Igualmente, hay que pensar muy bien cómo se distribuye la iluminación: nada de gastar electricidad para tener la casa alumbrada en cada rincón y mucho mejor el iluminar pequeñas zonas. La luz crea ambientes.

Y si a alguien no le convence la moda de lo hygge y la receta de la felicidad danesa siempre puede echar mano al secreto de la felicidad sueco, el próximo que se está convirtiendo ya en el protagonista de los temas de tendencias más a la última. El secreto de la felicidad sueca es el lagom, la vida moderada. Su esencia también nos recomendará ser mucho más respetuosos con nuestro entorno.

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