Concebido casi como una metáfora arquitectónica de la ciencia y la tecnología en Argentina, la construcción de sus 45.000 metros cuadrados ha tenido un costo aproximado de 250 millones de pesos, convirtiéndose en la mayor inversión individual en un edificio del sector público en Ciencia y Tecnología de los últimos 50 años.
En su construcción se han aprovechado unas instalaciones abandonadas por las que campaban a sus anchas los roedores, lo que sin duda es un punto a su favor pues no se ha requerido ni demoler ni levantar nuevas estructuras de cero. Ello ha contribuido, además, a mantener la memoria colectiva de la gente pues se trataba de un edificio muy emblemático de Palermo. En el proceso de construcción también se ha reutilizado un antiguo puente ferroviario.
A ello es preciso sumar que desde el principio, es decir, desde los planos arquitectónicos, el edificio ha contemplado criterios de sustentabilidad ambiental, tanto en su diseño funcional como en las instalaciones. El objetivo perseguido era reducir los consumos estándar de recursos como la luz o el agua. Este es precisamente el motivo por el que los arquitectos del proyecto han utilizado el sistema de fachada ventilada, de manera que se hará un uso más racional del calor. La fachada ventilada sombrea en un 100% los muros expuestos al sol y permite el paso de una corriente de aire que evita la transmisión de calor por conducción hacia el interior de los edificios.
No es la única medida adoptada, pues también se han instalado paneles solares en las azoteas para calentar el agua y un sistema de tratamiento de aguas grises para reutilizar agua de duchas y lavabos después de aplicarle un antiespumógeno y colorearla, pudiendo usarla como agua no potable para la descarga en inodoros y mingitorios. Se estiman ahorros del 50% en el consumo de agua del edificio.
Sus niveles de automatización son comparables a cualquier obra de primer nivel tanto del ámbito público como privado, con sistemas que permiten monitorear permanentemente el control de la demanda eléctrica y climatización. Otro ejemplo sustentable es la llamada La Plaza, que se conforma en un pulmón verde para el barrio, siendo de uso público para toda la comunidad. Su sistema de iluminación se basa en dispositivos LED, caracterizados por su gran rendimiento lumínico y su bajo consumo.
Así es el proyecto nacido para marcar un hito en la historia del desarrollo científico-tecnológico de la Argentina.
Fuentes: Twenergy / Polo Científico / redemprendia.org / Wikipedia.org / argentina.ar / Youtube