No se trata de una asociación, sino de un movimiento global que se ha ido extendiendo por todo el Planeta, reivindicando los medios de transporte no contaminantes como la bicicleta o los patines. También en Argentina, donde ciudades como Resistencia, La Plata, Corrientes, Córdoba y Capital Federal ven cómo una vez al mes la Masa Crítica inunda sus calles. Nadie organiza la Masa Crítica, nadie la convoca, tan sólo es un evento donde los participantes son los únicos que deciden el rumbo de cada paseo.
Este año, por ejemplo, llegó a las calles de Posadas o Misiones, cuando 150 personas decidieron olvidar el coche y moverse por la ciudad con bicicletas, rollers, skates y longboards, todos juntos, reivindicando el transporte si humos. Corría el mes de abril y, como ha sucedido en otras ciudades de la Argentina, se instauraba el lema “usá la bici todos los días, festéjalo una vez al mes”, eligiendo para ello los primeros domingos de mes.
Se trata de paseos de un par de horas, en mitad de un clima muy festivo, al final de los cuales se escuchan declaraciones de ciclistas o patinadores reclamando, no sólo espacios más adecuados, sino mayor seguridad para circular por las calles. El número de participantes es tan elevado, que terminan por cortar el tráfico aunque, para ellos, “no bloqueamos el tráfico, somos tráfico”.
Es un modo de reivindicación pacífica de derechos y respeto por el medio ambiente. Si queremos ciudades más sanas y sustentables debemos reducir el uso de los vehículos motorizados y sensibilizar los conductores de éstos de la fragilidad de un ciclista ante un impacto. Esa es su demanda.
Algunos pensaron que sería pasajero, que los paseos no se prolongarían en el tiempo, pero ciudades como La Plata ya han vivido este año el tercer aniversario de la Masa Crítica, que sigue guardando su espíritu de conciencia desorganizada. Y no sólo eso, sino que gracias al ambiente de solidaridad que se respira en estos círculos, surgen grupos como BiciUrbanos y su proyecto Recicletas. Gracias a esta iniciativa, se fomentar el reciclaje y reparación de viejas bicicletas, soportado por las donaciones gratuitas de partes o ciclos enteros por parte de la comunidad.
BiciUrbanos arrancó el proyecto el año pasado y ya ha conseguido crear un espacio de encuentro en el que se incentiva el aprendizaje del oficio de mantener las bicicletas, aunando las bonanzas de un medio de transporte sin humos con su mismo reciclaje. ¿Puede haber mejor combinación?
Fuentes: Twenergy / misionesonline.net / Masa Crítica / biciurbanos / Flickr