Los Sistemas de Gestión Energética permiten abordar con garantías de éxito la problemática en torno a la energía en la empresa, que es aún mayor en países emergentes, ya que presentan un uso intensivo de la energía.
Los manuales o guías facilitan la implementación y el control de estos sistemas, que siguen un ciclo de mejora continua o PDCA, por sus siglas en inglés, (se refieren a Plan, Do, Check, Act, es decir, planificar, hacer, verificar y actuar). Un buen ejemplo de ello lo encontramos en la “Guía de implementación del Sistema de Gestión de Energía basada en ISO 50001”, elaborada por la Agencia Chilena de Eficiencia (AChEE), que presenta interesantes metodologías de actuación.
Los gestores energéticos de las empresas pueden encontrar en la guía herramientas que facilitan su trabajo desde varios puntos de vista:
– Facilitar el intercambio de ideas por parte de los miembros de la organización. Dado que los operarios, los gestores energéticos y otros empleados de la compañía son especialistas en los procesos que manejan a diario, pueden ayudar a identificar oportunidades de mejora en cuanto a los usos de la energía. En este aspecto, es importante generar las vías para que estas ideas fluyan en la empresa, como canales de comunicación internos entre empleados.
– Conocer la tecnología relacionada con el desempeño energético. Es importante estar al día en este campo, por ejemplo, designando un encargado dentro del equipo de gestión de la energía, en relación al área de mantenimiento y proyectos de la empresa.
– Benchmarking. Es cada vez más común que las autoridades y agrupaciones internacionales realicen experiencias de análisis de consumos energéticos en distintos sectores e industrias, así como estudios de buenas prácticas y tecnologías disponibles. Conocerlos ayudará a adoptar las mejores soluciones en cada caso.
De este modo, los Sistemas de Gestión Energética que se están implantando en empresas y organizaciones, independientemente de cuál sea su tamaño y sector de actividad, contribuyen a la eficiencia energética.
Los beneficios para las empresas son claros, ya que la reducción del consumo energético conlleva una disminución tanto de los costes en la organización, como de los impactos ambientales y, finalmente, un aumento del margen de beneficio de la compañía.