La idea parece un tanto extraña, incluso potencialmente sacada de una película de ciencia ficción, pero es, en realidad, la esencia de un nuevo invento sobre el que trabaja la RMIT University, el Instituto Real de Tecnología de Melbourne. Los investigadores de este centro educativo han descubierto una pintura solar que puede convertir la humedad en hidrógeno y lograr así convertirse en una fuente de energía. No se necesita por tanto crear una infraestructura nueva o compleja (al fin y al cabo, uno puede encontrar pintura de forma habitual en muchos espacios de los hogares), sino simplemente aplicar esta nueva pintura sobre las superficies.

Una pintura capaz de convertir la humedad en energía

La pintura trabaja absorbiendo el vapor o la humedad de la atmósfera. Poco importa además el tiempo que haga o la humedad general del ambiente. Para que la pintura pueda funcionar no necesita necesariamente estar en una región especialmente húmeda o en un lugar que lo sea por encima de todas las cosas, sino que es capaz de funcionar incluso en aquellos sitios en los que hay poca agua o en los climas que resultan muy secos. En definitiva, las aplicaciones y el uso de la pintura pueden ser puestos en ejecución en cualquier sitio.

 

Cómo es el funcionamiento de la pintura que captura la humedad y la convierte en hidrógeno

La pintura logra capturar la humedad gracias a que emplea sulfuro de molibdeno sintético, un nuevo material inventado por los investigadores del RMIT. Este tiene las mismas capacidades de absorción de agua que las clásicas bolsitas de gel de sílice que vienen con muchos productos, como pueden ser bolsos o carteras, para protegerlos antes de la compra. Pero la pintura va un paso más allá de lo que las bolsitas consiguen y no solo atrapa la humedad, sino que además la modifica. La pintura consigue convertirla en hidrógeno, separando los compuestos del agua.

Para ello, aprovecha la luz solar gracias a un fotocatalizador.

 

El hidrógeno se postula como una de las alternativas con más peso

El hidrógeno es una de las fuentes de energía con más potencial de cara al futuro. Por un lado, puede usarse para muchas de las cosas para las que hoy en día usamos fuentes de energía altamente contaminantes. Un coche, por ejemplo, podría circular alimentándose de ello. De hecho, algunos de los primeros coches de hidrógeno ya logran, tras repostar durante solo 5 minutos, una autonomía de 650 kilómetros. Por otro lado, su uso es completamente limpio: el único residuo que genera el hidrógeno es vapor de agua, lo que por tanto no supone ninguna emisión de gases tóxicos.

 

Principal problema del hidrógeno

El problema del hidrógeno está, sin embargo, en que, a pesar de que se están trabajando en muchas áreas diferentes, no se ha encontrado todavía un modo para generarlo de forma limpia y con carácter masivo. Es decir, el hidrógeno puede ser una energía limpia en el momento de su uso, pero no lo es tanto en el momento en el que se genera. La pintura solar podría ser por ello una solución a este problema, ya que consigue generar hidrógeno sin recurrir a ninguno de los métodos que ahora mismo se emplean de forma recurrente.

La pintura no necesita además nada muy sofisticado para generarla, ya que para crearla solo hay que mezclar el material que han desarrollado los científicos con óxido de titanio. «El óxido de titanio es el pigmento blanco que se emplea ya de forma común en la pintura para paredes, lo que supone que la simple suma de este nuevo material pueda convertir cualquier pared de ladrillo en un recolector de energía», apunta Torben Daeneke, el investigador que ha liderado el trabajo de los expertos.

Lo que no queda claro todavía es cómo se recoge el hidrógeno que la pintura genera, pero al menos parece que se está en un paso hacia la dirección adecuada.

FUENTES: Fuentes: Elaboración propia, Quo, ComputerHoy, RMIT, Ecoinventos

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