Todas nuestras acciones, desde trasladarnos en un vehículo  público o privado de un punto a otro, comprar determinado producto en el supermercado, o encender la televisión, tienen una huella de carbono. Es decir, emiten una serie de Gases de Efecto Invernadero, entre los que figuran el dióxido de carbono (CO2) o el metano (CH4). Si esto es así a nuestra pequeña escala de individuos, para las grandes corporaciones, eventos, productos o sectores energéticos el impacto es enorme. En internet existen varias calculadoras de huella de carbono personal (nosotros también tenemos la nuestra), pero lo novedoso ahora es que al fin está disponible la herramienta para calcular la huella de carbono en Colombia. Otro países como China, India, Sudáfrica, Japón, Corea del Sur o Bélgica ya cuentan con ella.

La herramienta aplicada a la realidad colombiana se ha bautizado como Calculadora de Carbono 2050 y ha sido desarrollada por el Departamento de Energía y Cambio Climático del Reino Unido, con el apoyo de la Oficina de la ONU para el Desarrollo (Pnud). Gracias a ella podremos saber desde cuánta energía utilizan los diferentes sectores económicos hasta qué sectores productivos (agrícola, industrial, ganadero o de transportes) deben reducir sus emisiones de dióxido de carbono, o qué tipo de nuevas tecnologías les convendrían más. Pero la herramienta no pretende sólo castigar: también evaluará quien NO debe aplicar cambios.

La Calculadora de Carbono 2050 es una herramienta de planeación que, mediante un balance de oferta y demanda de energía (en el caso colombiano, mide 43 componentes, en ámbitos de Energía, Electricidad, Flujos, y Emisiones), y aplicando medidas de reducción de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero, nos servirá para hacer previsiones y marcar el camino para reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero, conseguir una economía baja en emisiones de carbono, disminuir la dependencia de combustible fósiles y estimular el uso de energías renovables, con todos los beneficios medioambientales y económicos que ello podría traer (desde aires más puros hasta potenciar un sector productivo local). ¿Que de dónde viene el nombre? Se deriva de que la calculadora debe servir para hacer estimaciones a largo plazo. En Reino Unido, por ejemplo, se empleó para proyectarse cuatro décadas por delante.

Preguntas como ¿cuánta energía se puede suministrar de distintas tecnologías?; ¿cuánta energía utilizan los diferentes sectores y cómo se podría reducir?; ¿cuál es el costo de los diferentes escenarios energéticos?; ¿en qué sectores se deben concentrar los esfuerzos?; ¿cuáles sectores no representan grandes cambios en términosde reducciones? o ¿qué reducción de emisiones se podría alcanzar? son algunas de las que será más sencillo dilucidar gracias a esta calculadora, que, por cierto, es gratuita y está disponible para todo aquel que esté interesado en ver cómo funciona. Sobre todo, será útil para determinar en términos macroeconómicos cuál debe ser la hoja de ruta del Gobierno. Que así sea.

Te invitamos a que utilices esta útil herramienta que nos ayudará a que seamos más conscientes de cuidar nuestro planeta, empezando por sencillas acciones en el día a día.

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