El cambio climático vuelve a ser una cuestión de enorme preocupación para muchas ciudades, especialmente para ciudades costeras, puesto que los efectos empiezan a ser cada vez más evidentes, como pueden ser las frecuentes olas de calor. En el caso de Hamburgo en los últimos 60 años, la ciudad ha visto incrementar su temperatura media 1,2 grados y el nivel del agua en el puerto de la ciudad ha crecido 20 centímetros.

Para paliar los efectos del cambio climático y reducir las emisiones de CO2, el Ayuntamiento de la ciudad alemana quiere eliminar el uso de los coches en el horizonte temporal de los próximos 20 años. Para conseguirlo se ha diseñado un plan para ir conectando progresivamente todas las áreas verdes en una gran red que ocupará el 40% de la superficie de la ciudad.

La transformación de una movilidad motorizada a una movilidad sostenible sin coches necesitará de un buen sistema de transporte público y de una adecuada red peatonal, así como de carriles y de aparcamientos de bicicletas.

Beneficios del plan

Este cambio radical en el diseño de la ciudad conllevará una serie de beneficios:

– El uso y disfrute de la zona verde para los residentes

– Disminución de emisiones de CO2 al haber menos coches y también por su absorción por parte de la zona verde

– Conectividad para la fauna y la flora de zonas antes aisladas entre sí, con el consiguiente aumento de la biodiversidad

– Regulación del clima

Reducción del riesgo de inundaciones

– Reducción de tiempo de los trayectos y mejora de la eficiencia de la movilidad

– Mejora de la salud de la población gracias a una vida más activa, menos estresante y menos expuesta a la contaminación

Otras ciudades adaptándose cambio climático

Un proyecto similar fue desarrollado en Copenhague, que rediseñó la ciudad para paliar las consecuencias del cambio climático. Los efectos adversos del cambio climático eran más preocupantes allí que en otros lugares, pues al ser una ciudad costera está expuesta en mayor medida a las tormentas y a posibles incrementos del nivel del mar.

El nuevo diseño de la ciudad facilitará la gestión del agua tanto en momentos de escasez como de exceso y, para 2050, será una urbe llena de árboles y calles estrechas que servirán para frenar las inundaciones y suavizar las altas temperaturas pronosticadas.

Por su parte, la ciudad de Nueva York estudia gastar 19,5 millones de dólares en un plan de adaptación al cambio climático. Se calcula que alrededor de un 20% de las ciudades del mundo tienen un plan de adaptación al cambio climático. El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio ambiente tiene publicado su Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático (PNACC) en España.

El cambio climático parecía haber pasado a segundo lugar con la crisis económica mundial, pero el problema sigue ahí y no se ha avanzado a la velocidad requerida. Hacen falta más proyectos como el de Hamburgo para acelerar nuestras acciones frente al cambio climático.

Fuentes: El Economista / The Guardian

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