Michael Reynolds lleva 35 años rompiendo las normas de la arquitectura convencional con sus construcciones sostenibles. Las más famosas: sus casas pasivas  Earthships. En los años 70, este estadounidense construyó un poblado en el desierto de Nuevo México (en Taos) reutilizando latas de cerveza, tierra, neumáticos y botellas. Su primera casa la fabricó con latas de cerveza y la patentó como Thumb House. Desde entonces, Reynolds ha construido más de 2.000 viviendas de estas “naves de tierra” totalmente bioclimáticas.

Construidas de cara al sol, parcialmente enterradas y con su propio sistema de gestión y tratamiento de aguas, las casas Earthships utilizan los residuos y la basura como materia prima, elementos abundantes que permiten construcciones baratas, ecológicas y auto sostenibles. De esta forma, encontramos viviendas levantadas con neumáticos usados, ladrillos de latas de aluminio, botes de comida, paredes de botellas de cristal o de plástico –perfectas para dejar pasar la luz natural al interior- y todo tipo de elemento no biodegradable.

Una de las grandes ideas de Reynolds en las casas Earthships fue la de utilizar neumáticos viejos llenos de tierra comprimida para las paredes. Con ellos logra regular la temperatura interior de la vivienda de manera natural. Además, el diseño bioclimático del edificio aprovecha la inercia del suelo del terreno, que suele estar a una media de 18 grados. Bastan añadir unos colectores solares para que la vivienda alcance los 20-21 grados de temperatura en el interior, independientemente del clima exterior.

En las casas Earthships de Mike Reynolds, toda la energía que necesita la vivienda la produce la propia vivienda. La gran mayoría se obtiene de fuentes de energía renovables, como paneles solares, energía eólica o geotérmica. Por otra parte, el agua se extrae de forma natural en pozos o se recoge de la lluvia o la nieve que cae en el tejado para después purificarla con filtros orgánicos y distribuirla por toda la casa. Las aguas negras se depuran en unos digestores solares, de los que se extrae el compost que se utilizará para las plantas de los invernaderos. Los desechos también se reutilizan como abonos y fertilizantes naturales para los cultivos o como fuentes de calor.

Mike Reynolds es conocido también como El guerrero de la basura por un documental que se grabó en 2007 y explica con detalle la vida del arquitecto y su lucha a favor de una vida más digna y respetuosa con el medio ambiente. Para él, estas construcciones bioclimáticas “contribuyen a reducir el estrés del planeta”. Ójala otros arquitectos siguieran el ejemplo de Earthships.

Fuentes: earthship.com  | ecohabitar.org

 

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