Debido a las grandísimas migraciones acontecidas en los últimos años, hacia las grandes ciudades en China, pudiera dar la sensación de que las costumbres que normalmente se tienen en las zonas rurales, se han adoptado en las urbanas. La recogida de basuras no es tan importante en dichas zonas rurales o al menos no tan regulada.
Y aunque en muchos casos es así, los gobiernos y empresas privadas han encontrado un filón donde antes no lo había y comenzaron hace años a florecer las empresas de tratamiento de productos reciclables. No solo las contratas municipales de recogida de basuras.
Desde la fabricación de los diferentes contenedores y el cambio del mobiliario urbano, hasta el reciclaje en sí, pasando por el mantenimiento y la gestión de residuos son muchas las empresas que poco a poco se han ido beneficiando de las concesiones locales.
Pero al contrario que en países más desarrollados, el reciclaje no comienza en el hogar. La basura por regla general, se tira toda a la misma bolsa, a los mismos contenedores. Incluso aquellos que están identificados como material reciclable se usan de manera indistinta.
Pero durante el proceso de recogida, los empleados municipales o en muchísimas ocasiones, los más necesitados, proceden a la separación de los residuos clasificándolos en productos reciclables o no. Para muchos es la única manera de subsistir.
Mas escondidos al turista habitual, están los grandes centros de reciclaje extendidos por la periferia de las grandes ciudades. En estos centros es donde se realiza una última selección y se prepara para su envió a las plantas de reciclaje por medio de camiones cargados hasta la saciedad.
En este vídeo vemos su funcionamiento y el camino que recorren los objetos hasta su salida de los grandes centros camino a las fábricas y todo ese tejido humano encargado de esta labor.