• Jersey y mantita. Si estás en casa en manga corta en invierno significa que tu consumo no está siendo eficiente. Acostúmbrate a abrigarte también cuando estés en casa y hazte con una buena manta para cuando te relajes en el sofá.
 
• Ventilar solo 10 minutos. Cuando quieras ventilar no hace falta que tengas mucho tiempo abiertas las ventanas. Está demostrado que con 10 minutos es más que suficiente para renovar completamente el aire de casa.
 
• Pide el certificado de eficiencia energética. Si vas a alquilar o comprar una vivienda debes saber que desde el 1 de junio de 2013 es obligatorio que los dueños te faciliten el Certificado de Eficiencia Energética, un documento en el que se detalla el consumo que requiere cada casa, si es eficiente o no. Elegir una vivienda más eficiente que otra, puede ahorrarte mucho dinero al final del año.
 
• Se escapa el gato. Muchas de las puertas principales de nuestras casas tienen una gran rendija inferior por la que entra el frío en invierno, provocando corrientes de aire. Prueba a colocar un burlete y verás como te resulta mucho más fácil calentar tu casa.
 
• Recoge las cortinas de los radiadores. Cuando ponemos la calefacción lo más recomendable es recoger las cortinas, ya que de lo contrario el calor se concentra detrás de ellas e incluso se pierde si no tienes un buen aislamiento en las ventanas. Por eso, lo mejor es que dejemos salir el calor al resto de la habitación. ¡Pruébalo!
 
• Baja el termostato 1 grado, supone un ahorro del 10% en la factura. Parece mentira pero bajar un poco el termostato puede suponer un gran ahorro cada mes. Por eso siempre te recomendaremos que te pongas alguna prenda de abrigo antes de pensar en subir la calefacción.
 
• 20 grados es suficiente. Como decimos, no se trata de pasar calor en casa sino de no pasar frío. Prueba a mantener tu casa a una temperatura constante de 20 grados y verás como tu factura te lo agradece.
 
• Apaga la calefacción por la noche. Muchas personas creen que es mejor no apagar la caldera en todo el invierno porque si no tarda más en calentar de nuevo la casa. Sin embargo, puede ser más el gasto de tener la calefacción puesta cuando dormimos que lo que suponga encenderla de nuevo cada mañana.
 
• Sube las persianas. El poder calorífico del sol es evidente. Los días de invierno soleado prueba a dejar las persianas subidas aunque no estés en casa. Notarás como la temperatura ambiente de tu casa sube varios grados.

Ya ves, hay un montón de cosas que podemos hacer para controlar mejor nuestro consumo y hacer así reducir la factura de calefacción. Merece la pena probarlas.

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