Lista de materiales:

– botes metálicos o de plástico que sirvan de tiestos

– agua y jabón

– pintura blanca y de colores

– rodillo o brocha

– plantillas o adhesivos con motivos decorativos

– cajones de madera o de plástico

– tratamiento antihumedad para la madera (preferiblemente ecológico)

– bolsas de plástico

– tres palos o cañas de bambú de 1,20 metros

– cuerda para atar

– tierra para las macetas

– plantas

– una manguera vieja

– argollas de plástico de precinto

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1.- Macetas que eran botes de aluminio

¿Harto/a de todos esos botes viejos que acumulamos en la cocina? Podemos reconvertirlos en divertidos maceteros para tu jardín. Lo primero es hacerles un agujero en la base que garantice el drenaje. Si se trata de piezas metálicas, habrá que hacerlo con un taladro. Si son de plástico, bastará un clavo y un martillo.

Si lo que tenemos son botes metálicos (de chocolate, de desayuno en polvo, por ejemplo) con etiquetas pegadas, dejarlos remojando en agua y un pelín de detergente será suficiente para que se despeguen.

Una vez hecho el agujero y los botes estén secos y sin etiquetas, los pintaremos de blanco, como base de una decoración posterior. Una buena idea es emplear plantillas con motivos que nos gusten, que podemos descargar de la red y a continuación con una brocha y pintura de colores, o si tenemos un spray, pintarlos. Si lo prefieres, unas pegatinas o flores plásticas también pueden servir como recursos decorativos para unos maceteros divertidos que alegrarán nuestra vista y nuestro jardín.

Decorar jardín reciclando: Palet de madera convertido en macetero

2.- Palets de madera que ahora son tiestos

Si tienes cajones de madera (los típicos en los que viene fruta, por ejemplo), o incluso de plástico, puedes reconvertirlos en unos bonitos maceteros en una mañana de jardinería y reciclaje. Lo primero es aplicarles en el interior una pintura de tratamiento antihumedad, para que se preserven del riego.

Una vez seca la pintura, ponemos un plástico en la base para que no se salga la tierra (puedes reutilizar una bolsa de basura ecológica, por ejemplo) y aseguramos el drenaje haciéndole varios agujeros. Y ya está listo tu cajón para recibir la tierra y las plantas que vivirán en él. ¡Facilísimo!

3.- Un neumático que aloja enredaderas

Si tienes por ahí (o en casa del abuelo o el tío del pueblo) un neumático sin uso, no pierdas tiempo y adjudícatelo para tus decoraciones de jardín. Porque además de crear una estética lúdica, no es necesario tratarlo ni pintarlo. Te proponemos que sirva para alojar una enredadera. Elige el rincón que más te guste, preferiblemente semisombra si va a ir una enredadera. Ponemos dentro tres cañas de bambú (o palos) de al menos 1,20 metros. Los atamos en la punta, formando una estructura piramidal por donde pueda trepar la enredadera. Ponemos la tierra y nuestra enredadera, ¡y listo!

4.- Cazos que decoran un rincón

Al igual que con los botes metálicos que íbamos a tirar, podemos hacer limpieza en la cocina y reciclar esos cazos, teteras y cazuelas que no queremos en maceteros. Eso sí, para crear un rincón con encanto necesitamos varios agrupados (si pones sólo uno no luce tanto), donde podamos combinar diferentes plantas y texturas verdes. Aquí encajan a la perfección plantas bajitas, aromáticas… Al igual que con los botes, debemos hacerles un agujero en la base con un taladro para que drene el agua. A continuación, los rellenamos con tierra y plantas, y los agrupamos en el lugar del jardín escogido. Verás cómo la combinación de verde y aluminio luce ¡preciosa!

Decorar jardín con material reciclado: Cesto con una manguera vieja

5.- Una manguera vieja que ahora es una cesta

¿A punto de tirar tu vieja manguera? ¡Ni se te ocurra! ¡Recíclala y conviértela en una cesta de jardín!

Antes de empezar, ten pensado qué empleo darás a esta nueva cesta, para calcular su profundidad.

Enrolla la manguera sobre sí misma con forma de cesta, desde el centro hacia fuera, desde abajo hacia arriba. Sujeta en cada vuelta con argollas de plástico: esa es la clave para darle la forma y que no se desarme.

La parte más complicada puede ser la boquilla, que debe quedar bien sujeta, puesto que es la base de la nueva cesta, por donde empezarás a enrollar. Asegúrala lo más fuerte que puedas. Para finalizar, hazle su mango de un lado a otro. Para que quede más fuerte es preferible que sea doble.

¡Y listo! Perfecta para guardar los utensilios de jardinería, los juguetes de agua…

Fuentes: Hágalo usted mismoTodomanualidades.net

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