Seguramente habrás valorado, en función de tu situación personal y económica, las más habituales: compartir piso, alquilar, comprar… Ahora párate a pensar. ¿Te parece demasiado individualista la sociedad moderna? ¿Sientes que compartir es mucho más que una simple palabra? ¿Crees que ahorrar energía en el hogar forma parte de una filosofía de vida? ¿Entiendes la eficiencia energética como un compromiso con el planeta, y no solo como una obsesión por reducir gastos? ¿Tu grupo de amigos es vital para ti? ¿Pero, a la vez, valoras tu privacidad? ¿Quieres obtener unos servicios asociados a tu día a día, que tal vez por ti mismo no puedes disfrutar? Si has contestado a la mayoría de preguntas que sí, entonces, tal vez deberías plantearte la opción del cohousing.

¿Sabes de dónde procede el Cohousing?

El cohousing, que en español se traduce como covivienda o vivienda colaborativa, tiene su origen en los países nórdicos. Es cierto que la covivienda no innova en términos de relaciones humanas. En el fondo, la vida tradicional de los pueblos ya incluía aquel componente de comunidad, de compartir comida o ayudarse mutuamente con los niños, por ejemplo.

Sin embargo, la teoría moderna del cohousing como sistema integrado se inicia en Dinamarca en los años 60. Varias familias se sentían aisladas e insatisfechas con los modelos de viviendas urbanas propuestos por la sociedad. A mediados de los noventa, el libro de los arquitectos estadounidenses Kathryn McCamant y Charles Durrett, «Cohousing: A Contemporary Approach to Housing Ourselves«, consolida el término y populariza las comunidades de coviviendas en Estados Unidos.

Cohousing, convivir de forma colaborativa

En España, el cohousing está empezando a cuajar, especialmente en su modalidad de senior cohousing o covivienda para mayores, porque constituye una alternativa atractiva a la residencia de la tercera edad. Es una forma muy a tener en cuenta para planear tu jubilación, sentirte todavía útil y activo por y para tu comunidad. Sin embargo, el proyecto inicial está pensado como intergeneracional y es el que te puede interesar desde hoy y ahora. Si estás interesado en integrar, o simplemente visitar, una comunidad de coviviendas, puedes consultar los proyectos en funcionamiento y en desarrollo gracias al mapa interactivo Cohousing – vivienda colaborativa en España.

El proyecto de una comunidad

La particularidad del cohousing es que se desarrolla desde su concepción como un proyecto comunitario. En el modelo nórdico Andel, un grupo de personas (amigos, familiares, vecinos…), se organiza en cooperativa para poner en marcha su proyecto de vivienda colaborativa. Por esta razón se puede hablar de modelo de residencia autopromovido. Significa concretamente que la iniciativa de vivienda, no surge de un promotor inmobiliario que intenta hacer atractiva su propuesta.

En el caso del cohousing, son los futuros residentes los que codiseñan su vivienda, desde directrices arquitecturales hasta normas de convivencia de gasto energético. Por eso, en el interés de todos, se suele diseñar desde un primer momento como una vivienda sostenible. El interés de los futuros residentes los impulsa a invertir a largo plazo en el ahorro energético, contando, por ejemplo, con materiales de aislamiento térmico eficientes y sistemas de autoconsumo y de producción de energías renovables como placas fotovoltaicas. El diseño arquitectónico se trabaja con vistas a conseguir la mejor orientación y la mejor integración de la residencia al entorno, para optimizar la entrada de luz natural y la ventilación. Así, por ejemplo,el ahorro electricidad o calefacción, es máximo.

Cohousing ahorro de energía

Una gestión comunitaria

En España, el modelo residencial más generalizado hasta ahora es el de la comunidad de propietarios. Cada vivienda pertenece a un propietario que la puede alquilar o vender libremente. A su vez, la comunidad de propietarios se encarga de la gestión y de los gastos generados por las zonas y los servicios comunes. En cambio,en el cohousing, la cooperativa es la propietaria de todo el inmueble. Cede el usufructo de una vivienda particular y de las zonas comunes a sus socios, a cambio de una entrada retornable y de un alquiler mensual razonable que además tiene en cuenta los gastos generales.

La cooperativa siempre se autogestiona de forma democrática. Así, es fundamental que todos los residentes se comprometan desde el principio, con su voto, a la toma de decisiones de la propia cooperativa gestora de la propiedad. No es necesario que compartan ideologías o creencias religiosas, lo único que se necesita es que todos se involucren activamente, manteniendo intacta la voluntad de vivir juntos, y disfrutar de servicios comunes al servicio de la comunidad.

La implicación de todos los miembros de la comunidad entraña un importante ahorro energía eléctrica, haciendo un consumo inteligente que se hace de la misma, ya que los residentes siempre velan por encontrar las mejores soluciones para el bien común.

Las ventajas de la vida colaborativa

Una de las mayores ventajas del cohousing es que no existen hipotecas individuales. En España, a raíz de la gran crisis que comenzó en 2008, existe un verdadero temor generalizado a contraer un préstamo. En el caso de la covivienda la hipoteca es comunitaria, es decir, está a cargo de la cooperativa. Se financia gracias a las cuotas de entrada y las aportaciones de los residentes.

Otra ventaja reside en que la puesta en común de los espacios comunitarios permite implantar espacios y servicios que seguramente no podrías permitirte de forma individual, como por ejemplo: Salón comunitario, cocina común, sala de juegos, servicios sanitarios, acceso a Internet, lavandería, guardería, taller de herramientas, jardín, huerto urbano, piscina, gimnasio, servicios de limpieza… Cada comunidad perfila sus espacios comunes y servicios, en función de sus deseos y necesidades, para que simplifiquen el día a día de todos sus cohabitantes o socios.

Espacios comunes en el cohousing

El ahorro de luz logrado por el uso común de los mismos espacios es evidente. Una sola televisión, por ejemplo, funcionando en el salón comunitario consume obviamente menos que la suma de varias televisiones individuales.

El respeto del espacio privado

En cualquier momento, siempre, puedes sentir la necesidad de aislarte en tú casa. Si es cierto que el punto fuerte de la covivienda es la puesta en común de amplios espacios comunitarios, con este sistema sigues disponiendo de tu apartamento privado, tal vez más pequeño que una vivienda tradicional, pero siempre equipado para organizarte de forma autónoma, si así lo deseas.

En este aspecto, el cohousing difiere de una comuna, porque también debes ocuparte por tu propio ahorro energético en el hogar en función de tu consumo real de energía en el ámbito particular.

Aspirar a vivir en una comunidad de covivienda es una cuestión de mentalidad. El cohousing presenta ventajas objetivas como la eficiencia energética o los servicios. Pero, sobre todo, implica la autonomía y la autogestión democrática, así como la recuperación del espíritu comunitario, en sus aspectos más solidarios y sostenibles. ¿Te apuntas?

 

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