La creatividad de los mexicanos es grande, Moisés Venegas Samperio, ha inventado un foco ecológico llamado “Luciérnaga” que permite iluminar viviendas donde no hay electricidad. El invento, cuya patente está en proceso, funciona como tragaluz utilizando botellas de plástico (PET) recicladas que permiten el paso de la luz durante el día y a la vez, cargan unas células fotovoltaicas por energía solar que se almacena en baterías hasta que se requiere su uso a través una lámpara LED. Con ello se consigue luz de día y de noche a través de energías naturales.
Ya una campaña de una conocida marca de bebidas utilizaba botellas de plástico (PET) para iluminar hogares sin electricidad durante el día. El concepto consiste en usar las botellas rellenas de agua en los humildes tejados para que la luz del sol se filtre multiplicada por el líquido en el interior de la vivienda. Este mexicano aprovechó el concepto y lo potenció permitiendo que también fuese útil durante la noche. Actualmente se encuentra el prototipo listo y esperan comenzar a producirlo pronto a través de la empresa fundada por el mexicano “Aselus”.
Venegas Samperio fundó “Aselus” junto a sus cuatro hermanos en 2010. El objetivo de la empresa es el desarrollo de productos tecnológicos de innovación, capaces de aprovechar energías renovables para iluminación por medio de energía eólica y solar para zonas que no cuentan con electricidad. Él es Ingeniero Mecánico Agrícola egresado de la Universidad de Chilpancingo y en sus propias palabras, el proyecto surge por la idea de ayudar a mejorar la calidad de vida del entorno en que creció. Al ver la cantidad de botellas de plástico decidió hacer algo con ello y allí comenzó el proyecto que tras años de investigación por fin está en marcha.
“Luciérnaga” permite un uso ambivalente, puede ser utilizado en hogares o como luminaria en espacios públicos. Sus primeros usos están pensados en zonas marginadas donde las condiciones geográficas son complicadas y no existe conectividad alguna. Comunidades en zonas de estados
como Guerrero, Oaxaca, Veracruz o Hidalgo son grandes candidatas. Las primeras instalaciones esperan realizarse en el “Ajusco”, una parte de la zona metropolitana del Distrito Federal con grandes necesidades.
Está por verse la utilidad de la “Luciérnaga” en el terreno pero se espera que sea todo un éxito. Su bajo coste, su capacidad de reciclar y su enfoque a poblaciones humildes y las necesidades que atiende hacen de éste un gran proyecto social. Y es que en todos los estados de México hay comunidades aisladas que necesitan de nuevas ideas y tecnologías limpias para sobrevivir y mejorar sus condiciones de vida. El potencial es enorme en todo el planeta. Millones de personas en selvas, desiertos y llanuras sin conectividad energética verían con nuevos ojos la noche.