1. Es ecológica

No tiene tubo de escape y, por tanto, no emite gases de ningún tipo. Dependiendo del mix eléctrico de la red de cada país -es decir, del porcentaje de energías renovables utilizado para su generación-, será más o menos sostenible en lo relativo a su carga. Pero su consumo eléctrico, aproximadamente de 1 kWh por cada 100 km, es tan reducido que no se considera.

Lo que está claro es que no consume combustibles fósiles, tan escasos y contaminantes. Además, con la autonomía que tienen las bicicletas eléctricas -que pueden alcanzar los 100 km- no es necesario cargarlas todos los días, pues las distancias que vamos a recorrer en bicicleta no suelen alcanzar los 20 km diarios. La batería se puede cargar en cualquier enchufe. Y si no quieres meterla en casa, puedes extraer la batería y aparcarla como una bicicleta más.

Además, al ser ecológica no tiene problemas para acceder a las ciudades en episodios de contaminación. Puedes circular y aparcar sin problemas en todo momento.

2. Te ahorras dinero

Es el vehículo más económico en relación al esfuerzo realizado y el objetivo conseguido. Obviamente, lo más barato es caminar, pero no vas a llegar muy lejos andando.

La bicicleta convencional sería el siguiente paso, pero con la bicicleta eléctrica puedes afrontar elevadas cuestas sin llegar asfixiado a tu lugar de destino. Su compra es una inversión, aunque cada vez menor, pues existen modelos clásicos con gran autonomía (hasta los 70 km) por debajo de los mil euros. Nos ahorramos, eso sí, impuestos de circulación, matriculación, ITV, seguro, preocupaciones por el aparcamiento y costes de mantenimiento.

3. Es un vehículo 2 en 1

Puedes elegir utilizarla como una bicicleta convencional, haciendo ejercicio al pedalear, o utilizarla en modo eléctrico. De hecho, si lo tuyo son las bicicletas de montaña, aunque con menor autonomía (hasta 40 km), estas bicicletas eléctricas aguantan todos los caminos y tienen mayor estabilidad.

El ejercicio realizado en el pedaleo diario de una bicicleta evita muchas enfermedades cardiovasculares y reduce el sedentarismo, mejorando en gran medida nuestra salud. Pero la gran diferencia de la bicicleta eléctrica es que, si te cansas, ¡tiras de motor! Y puedes moverte sin hacer apenas esfuerzo.

Cuando montas en bici existe una doble sensación: libertad por un lado y cercanía a la gente por otro. Aporta una gran satisfacción, nada comparable a moverte estresado en coche o en transporte público. Para comprobarlo tendrás que experimentarlo tú mismo.

4. Alcanza velocidad y largas distancias

El límite de velocidad que alcanzan (25 Km/h) y la potencia nominal del motor limitada a 250 W, son requisitos legales para poder circular con ellas. Esta velocidad, junto con la asistencia al pedaleo, hacen que este vehículo sea el más rápido en ciudad. Es divertido ver las caras de los conductores cuando les adelantas.

El pedaleo asistido convierte a la bicicleta eléctrica en una opción para distancias largas. Además, pese a ser un vehículo a motor, no requiere de licencia para su conducción, por lo que es una opción accesible para todo tipo de público.

5. Vehículo adaptado a la ciudad

Puedes utilizar la bicicleta para todo el trayecto, o puedes combinar medios de transporte para simplificar algunos recorridos que, de otra manera, resultarían imposibles. El hecho de poder meter la bicicleta en el metro y en el tren hace posible los desplazamientos intermodales.

Si, además de eléctrica, la bicicleta es plegable, ya tienes todos los beneficios de las bicicletas eléctricas. Podrás guardarla en cualquier armario o maletero, y te ahorras tener que transportarla en un coche o dejarla en la calle.

Hay que tener en cuenta además que las ciudades se están volviendo cada vez más “amigables” para ciclistas y bicis. Se están incorporando carriles bici, calzadas compartidas, sistemas de bicicleta pública y aparcamientos para bicicletas…

Como resultado, cada vez hay más usuarios que se atreven a moverse en bicicleta eléctrica por la ciudad. Y, a mayor número de usuarios, la seguridad en la calzada mejora. Además, al aumentar las ventas de la bicicleta eléctrica y mejorar la tecnología, los precios bajan.

En definitiva, todo son ventajas las que ofrece este medio de transporte que hace tiempo dejó de ser algo del futuro. La bicicleta eléctrica es la alternativa perfecta del presente.

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