¿Cómo funciona?
El invento se basa en la refracción de la luz, propiedad que hace que cambie su dirección cuando cambia la densidad de la sustancia a la que atraviesa. La luz pasa a través del agua de la botella y se reparte por la habitación.
La botella se introduce en el tejado desde el interior de la vivienda y se adhiere con una resina de poliéster para evitar que se filtre el agua de la lluvia. Bien construido puede durar varios años. La cantidad de luz que produce equivale a una bombilla de 50 vatios. El único inconveniente es que no podemos actuar en la cantidad de luz que llega del sol cada día.
Para conseguir que funcione por largos periodos de tiempo es necesario:
Añadir al agua dos cucharadas de lejía para evitar que se vuelva verde por las algas
Poner un tapón negro para evitar que el tapón de plástico se funda con el calor
La inspiración de la ‘bombilla de Moser’ surgió durante uno de los numerosos cortes de electricidad que tuvieron lugar en Brasil en 2002. Su jefe propuso coger una botella usada, llenarla de agua y usarla como lente para concentrar los rayos de luz sobre la hierba seca. De esta manera se podría hacer un fuego que sirviera de señal en caso de necesitar ser rescatados. Por su parte, Moser empezó a jugar llenando botellas y viendo cómo la luz se refractaba y de ahí surgió la idea.
Ahorro de energía
Este sistema produce cero emisiones pues, además de no tener que comprar bombillas, las botellas de plástico son reutilizadas. Pero además, no vamos a tener que consumir energía. . El ahorro de energía es considerable si tomamos como por ejemplo una bombilla de 50 W funcionando 10 horas al día durante todo un año, podríamos obtener un ahorro de 20 € al año por cada botella de agua instalada, tomando como guía precios medios de la energía en Brasil.
Un invento exportable
La idea ha arraigado en otros 15 países, desde India y Bangladesh hasta Tanzania, Argentina y Fiji. En las islas Filipinas, donde un cuarto de la población vive por debajo del umbral de la pobreza y la electricidad es inusualmente cara, la idea ha sido especialmente útil para más de 140.000 hogares.
En los últimos dos años, la innovación de Moser se ha extendido por el mundo y está presente en un millón de viviendas, siendo especialmente útil en comunidades aisladas sin acceso a la red de electricidad. El invento no le ha hecho rico, pero se siente muy orgulloso de poder dar luz al resto de las casas de su comunidad.
Fuentes: BBC / A liter of light / Flickr