El consumo de energía implica el uso de recursos naturales. Aún hoy la mayoría de estos recursos energéticos son derivados de los combustibles fósiles, que son limitados en el planeta y cuya extracción cada vez es más costosa económica y ambientalmente.
Además, una de las consecuencias de la quema de combustibles fósiles para la producción de electricidad o para el transporte, es la emisión a la atmósfera de gases de efecto invernadero, con los graves efectos que éstos tienen para el medio ambiente.
Ahorro energético
Con el ahorro de energía se consigue, no solo ahorrar dinero en la factura de gas o de electricidad, sino también reducir las emisiones contaminantes y el uso de los recursos no renovables, lo que implica una mejora sustancial para el medio ambiente.
“La energía más barata es aquella que no se consume”. Con este principio se define de una manera muy sencilla el ahorro energético.
Hay que diferenciar el ahorro energético de la eficiencia energética que, en muchas ocasiones, se tiende a confundir.
La eficiencia energética consiste en usar la energía más eficientemente, normalmente mejorando la tecnología. Por ejemplo, sustituir la caldera por otra más eficiente o instalar sistemas de aislamiento.
El ahorro energético, en cambio, consiste en usar menos cantidad de energía e implica un cambio de hábitos, como por ejemplo reducir las horas que se usa la calefacción o reducir la temperatura de consigna en el termostato.
Recomendaciones para el ahorro de energía
A continuación tienes un listado de algunos hábitos que te ayudarán a ahorrar energía:
- Usa ropa adecuada de invierno para estar en casa. Evitarás tener una temperatura más elevada de la necesaria para la calefacción.
- Abre bien las persianas durante el día para aprovechar al máximo la luz natural. Reducirás el consumo de iluminación en tu hogar.
- Ventila solo 10 minutos tu vivienda. Estar más tiempo con las ventanas abiertas en invierno hará que emplees más energía para calentar la casa.
- Mantén apagadas las luces en las estancias que no estés utilizando.
- Enchufa tus equipos a una regleta con interruptor y, cuando acabes de utilizarlos, desconecta todos de una vez por completo. La mayoría de los equipos electrónicos quedarían de otro modo en stand-by, consumiendo bastante energía.
- Cuando puedas, cambia el horno por el microondas para calentar la comida. Tardarás menos y emplearás mucha menos energía.
- Cambia tu medio de transporte por modos más sostenibles. El coche emplea 4 veces más energía que el autobús.
Practica estos hábitos a diario, combinados con medidas de eficiencia energética y tu factura y el medio ambiente notarán la diferencia. Haz que el día del ahorro de energía valga la pena, ¡empieza hoy mismo!
Fuente: Elaboración propia
Imagen: ©Alexey Rotanov/DollarPhotoClub